RELATOS COTIDIANOS: marzo 2009

30 marzo 2009

¡GRACIAS CECY!

Es un amor de persona. La conocí cuando compartimos un premio que nos entregó Ivana Carina y pasé por su blog a saludarla. Pero nunca más me fui.


Tenemos varias cosas en común, pero la más importante es el amor por nuestros hijos. Es una madraza.


Homenajeó a sus blogueras con un premio que ella menciona como "especial". Y como ella dice, bien podríamos organizar una fiesta de mujeres. Somos un montón.



Lo cierto es que quiero lucir este premio otorgado por Cecy de "Cecy siempre Cecy" y agradecerle por la buena onda y las palabras de afecto que recibo en cada uno de sus comentarios.





¡¡¡GRACIAS CECY!!!




27 marzo 2009

EL HUMOR DE EINSTEIN

Albert Einstein (1879-1955)


Fue Premio Nóbel de Física en 1921. Gozó de una rapidez mental propia de un genial humorista. Aquí, algunos ejemplos:





Un periodista le preguntó a Einstein:
-¿Me puede UD. explicar la Ley de la Relatividad?
Y Einstein le contestó:
-¿Me puede UD. explicar cómo se fríe un huevo?
El periodista lo miró extrañado y le contestó:
-Pues sí, sí que puedo.
A lo cual Einstein replicó:
-Bueno pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego.




Durante el nazismo Einstein, a causa de ser judío debió de soportar una guerra en su contra a fin de desprestigiar sus investigaciones. Uno de estos intentos se dio cuando se compilaron las opiniones de 100 científicos que contradecían las de Einstein editadas en un libro llamado "Cien autores en contra de Einstein".
A esto Einstein respondió:
-¿Por qué cien? Si estuviese errado haría falta sólo uno.




En una conferencia que Einstein dio en un Colegio de Francia, el escritor francés Paul Valery le preguntó:
-Profesor Einstein, cuando tiene una idea original... ¿Qué hace? ¿La anota en un cuaderno o en una hoja suelta?
A lo que Einstein respondió:
-Cuando tengo una idea original no se me olvida.




Einstein tuvo tres nacionalidades: alemana, suiza y estadounidense. Al final de su vida un periodista le preguntó qué posibles repercusiones habían tenido sobre su fama estos cambios.
Einstein respondió:
-Si mis teorías hubieran resultado falsas los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo, los suizos que era un científico alemán, y los alemanes que era un astrónomo judío.




Se cuenta que en una reunión social Einstein coincidió con el actor Charles Chaplin.
En el transcurso de la conversación Einstein le dijo a Chaplin:
-Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal. Todo el mundo le comprende y le admira.
A lo que Chaplin respondió:
-Lo suyo es mucho más digno de respeto: todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende.




Y por último una de las anécdotas favoritas que Einstein relatara en reuniones con políticos y científicos.
Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su Teoría de la Relatividad era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
-Si quiere (le dijo el chofer) lo puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.
Einstein estuvo de acuerdo y antes de llegar al siguiente lugar intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein no se descubrió la farsa.
El chofer expuso la conferencia que había oído repetir tantas veces a Einstein.
Al final un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cuál podía ser la respuesta, sin embargo tuvo una chispa de inspiración y salió del paso:
-La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que se la responda la persona que se encuentra al final de la sala...que es mi chofer.

23 marzo 2009

ANÉCDOTAS INFANTILES DE MI HIJO-PRIMERA PARTE (bajo licencia de Creative Commons)

Ésta es la yapa del libro.
Una recopilación de las mejores anécdotas que tienen a «M» como protagonista. Ya saben. Yo registro todo.

Decidí publicarlas en varios post, porque hay muchas y no quiero resignar ninguna.
Más allá de distender y alegrar el espíritu, creo que servirán para cerrar con humor estos once años que narré con tanto amor.
Que las disfruten.

.........................


(2 años)
Durante nuestras vacaciones en San Bernardo, mami y papi intentaron sacarme los pañales durante el día. Yo me las arreglaba bastante bien. Pero una mañana salimos a pasear y entramos en un locutorio. Y mientras mi mamá hablaba desde una cabina telefónica, yo hacía pis en la cabina de al lado…

(3 años)
Eran vísperas de Reyes y fue la primera vez que mi papá me trajo pasto para prepararles a los camellos a cambio del regalo que me dejarían. Yo, muy entusiasmado, preparaba en una compotera el agua que iban a necesitar.
Cuando estuvo todo listo, mami dijo:
-Bueno, ahora vamos a dejar todo en un solo lugar al lado de las zapatillas para cuando pasen los Reyes Magos.
Con mucha alegría, abrí la puerta de casa para bajar a la calle, pero mami me frenó rápidamente diciendo que dejaríamos todo en un costado del lavadero. Entonces, muy desorientado, pregunté:
-¿Pero, cómo van a hacer los camellos para subir al piso 3?

(3 años)
Era un viaje en colectivo con mami. Estábamos sentados al lado de la puerta por donde descienden los pasajeros. De pronto, una señora algo redondeada y con busto prominente se preparaba para bajar.
Mi diálogo con mami fue:
-¡Qué gorda es esa señora! ¿No, má?
-Mmmsí, mirá qué lindo auto, ése…

(3 años)
-¡Papito! Mirá qué ricas cerezas. ¿Querés probar?
-No mami. No me gustan las teresas.

(4 años)
Mamá había llamado al técnico del lavarropas. Cuando sonó el portero eléctrico me dijo:
-Acompañame a abrir la puerta porque vienen a arreglar el lavarropas. Yo le contesté que no quería bajar. Pero ella insistió:
-Dale, que el tipo está esperando, vamos.
Yo le volví a responder que no bajaría, que esperaría en casa.
Cuando subieron, fueron al lavadero y mientras mami le mostraba el lavarropas al señor, yo me asomé y pregunté inocentemente:
-Má, ¿Éste es el «tipo» que viene a arreglar el lavarropas?

(4 años)
Todo el país estuvo pendiente de la toma de rehenes que se produjo en Paternal en el año 2000. Nosotros seguimos paso a paso lo que ocurría por televisión. Como a la una de la madrugada, papi apagó la tele para irnos a dormir, cuando yo atiné a decir:
-Prendé pá, que esa película está buenísima...

(4 años)
En la compu, tengo un juego de carreras de autos. Según dice mi papá, es exactamente igual a las carreras de verdad.
El otro día, le hice a mami el siguiente comentario:
-¿Sabés que estaba jugando a la compu y no me dejaron entrar a boxeos?

(4 años)
Al poco tiempo de la muerte del cantante Rodrigo, yo vivía obsesionado con el accidente, la camioneta y la autopista. Pero nunca me quedaba claro si realmente Rodrigo había muerto o no. Cada tanto volvía a preguntar sobre el tema a tal punto que ya en casa cambiaban de canal ante cualquier imagen de él. Un día, mostraron un recital y yo absorto frente a la pantalla del televisor dije:
-¡Viste, má, que Rodrigo está vivo!

(5 años)
La vez pasada, como de costumbre, terminé de almorzar dejando mi plato lleno de comida. Y como de costumbre también, mami intentó comerse todo lo que sobró. Antes de llevarse algo a la boca preguntó:
-¿Nada de lo que hay acá se te cayó al piso?
A lo que yo inmediatamente respondí:
-No, mami, nada.
Pero mi mamá empezó a comer cuando de repente me acordé de decirle:
-Solamente escupí lo que no quería...

(5 años)
Intentando conseguir que mi dicción fuera impecable, me volvieron completamente loco. Me hacían practicar con una lista de palabras que colgaba de la heladera y me perseguían todo el día diciéndome:
-A ver, decí Adriana; ahora decí cuadrado.
La verdad es que ya me tenían bastante podrido. Y como se habían dado cuenta, quisieron disimular tratando de lograr que dijera «ladra». Entonces me preguntaron:
-A ver, ¿Qué hace el perro en lugar de hablar?
Y yo, cansado les contesté:
-Guau, guau.

(5 años)
Anoche, cuando me estaba lavando los dientes, mami me gritaba que todos los días hago lo mismo, que no puede ser que siempre de tantas vueltas antes de irme a dormir, etc., etc. Entonces, yo, enojadísimo, le respondí:
-¡No me grites más! Porque si me seguís gritando ¿Sabés lo que voy a hacer? ¿Eh? ¿Sabés? Te voy a querer igual un montonazo...

(5 años)
Hace un tiempo me preguntaron qué quería ser cuando sea grande...
Ahora quiero ser policía; antes quería ser computadora y la primera vez que lo pensé, dije:
-«Quiero ser autista de carrera».

(5 años)
El otro día mi abuelo me consultó:
-¿Te gustan las películas de terror?
-Me encantan (respondí).
-Pero... ¿No te dan miedo? (quedó dudando él).
-No. Te cagás un poquito nada más...

(5 años)
Al mes de haber comenzado primer grado, volví a casa muy triste y conté:
-Hoy la Seño me puso una mala nota. Mientras ella estaba dando clases, yo me tiré al piso y me hice el muerto. Cuando me levanté, me llamó y me pidió el cuaderno de comunicaciones. (Mientras iba relatando, los ojos se me fueron llenando de lágrimas hasta que no aguanté más y me puse a llorar como un loco).
-Bueno, (dijeron mami y papi), ya pasó, seguramente no lo vas a volver a hacer. ¿Pero, qué fue lo que escribió la Seño en el cuaderno?
-¡No sé, yo no entiendo esa letra, pero era muy larga la nota, escribió muchos renglones!
Ellos trataron de consolarme, aunque se veían realmente enojados. Al final, leyeron la nota de la maestra. Textualmente decía: «Papás, hoy «M» no se portó bien».

(5 años)
También en primer grado, mi abuelo me volvía loco preguntándome todo sobre la escuela. Después de un largo interrogatorio, se acordó de lo que más me gusta: «el recreo».
-Y, decime, cuando suena el timbre y la maestra está explicando algo, me imagino que ustedes esperan que ella les de permiso para salir. ¿No?
-No. Cuando suena el timbre, nos levantamos, salimos corriendo y la dejamos a la señorita hablando sola porque si no se nos termina el recreo...

(5 años)
El otro día, entró mami a mi dormitorio para despertarme. Una vez despabilado, me acerqué a ella, la abracé y le di un beso en la boca muy pero muy fuerte.
Ella se sorprendió tanto que me preguntó de dónde había sacado esa forma de dar besos.
-¡De los casados! (Fue mi ingenua respuesta).

(5 años)
Cuando tuve escarlatina, mi mamá me avisó:
-Voy hasta el club a explicarle al profesor de fútbol que por esta semana no vas a poder ir. Si lo veo a tu amigo Franco, ¿querés que le diga algo?
-¡Sí! Preguntale qué me va a regalar para mi cumpleaños...

(5 años)
-¿Mami, qué comen las palomitas de maíz?

(6 años)
En el noticiero, contaban que un tren había quedado varado durante 18 horas en San Martín. Las imágenes, por supuesto: el tren y la gente protestando. De pronto, entré a la cocina, miré la pantalla del televisor y pregunté:
-¿Por qué el tren está parado ahí?
Mi abuela me explicó entonces que se había descompuesto.
Y yo, como un chorlito deduje:
-Que... ¿Vomitó?
(6 años)
Cuando terminaba nuestra clase de Plástica, la profesora nos indicó que nos ubicáramos de menor a mayor.
Lógicamente, por ser bajito, me correspondía el primer lugar, pero un compañero se puso delante de mí y comenzó a empujarme. Empujón va, empujón viene, escupida vino y escupida fue.
Inmediatamente, la profesora nos pidió a los dos, los cuadernos de comunicaciones. Cuando lo entregué, pregunté:
-Seño, ¿No me la podés perdonar?
-¡No! (Respondió enojadísima).
-Bueno, entonces poneme una nota así chiquitita, porque si no, no me van a dejar ir a fútbol...

(6 años)
En la escuela, tenía que redactar una oración con la palabra «rabanito». Entonces yo escribí:
«El rabanito salió de un coete y lo detenieron».

(6 años)
-Má, ¿Por qué hay gente gorda?
-Porque hay personas que comen mucho y mal. Pero además la gordura es una enfermedad...
-¡Ah! Y, ¿Qué les puede pasar a los gordos?
-Se pueden enfermar de otras cosas, pero también les cuesta caminar y correr porque pesan mucho. Aparte, la gente los carga y se sienten mal.
Por ejemplo, cuando tienen que viajar en avión, deben comprar dos pasajes porque no entran en un solo asiento.
-Pero, má... ¿Ocupan dos asientos de la misma fila...?

(6 años)
-Má... ¿Qué era una nécdota?

(6 años)
Eran las 22.30 de una noche de verano. Íbamos a tomar un helado después de la cena. Antes de llegar, me detuve frente a la vidriera de una casa de deportes.
Helado me quedé viendo todos los botines de fútbol, pero mami y papi me explicaron que eran muy caros y que íbamos a ver más adelante cuál de todos me comprarían. Seguimos caminando y llegamos a la heladería. Nos quedamos un rato allí, y cuando volvíamos, me paré nuevamente frente a la misma vidriera, volví a mirar los mismos botines y exclamé:
-¡A ver si les bajaron los precios...!

(6 años)
El otro día, le pregunté a mi abuela cuántos años tenía. Y me respondió:
-¡Huy, tengo tantos que ya ni me acuerdo! Tanto me llamó la atención su respuesta que comenté:
-¡Qué frágil es tu memoria!

(6 años)
En la prueba de Lengua de fin de año (en primer grado), tuvimos que redactar unas oraciones. Entre ellas, yo escribí:
-«La tortuga Manuelita fue al chopin y se compró una camisa.»

(6 años)
Para conmemorar un nuevo aniversario de la Guerra de Malvinas, trabajamos sobre los animales que habitan las Islas. Nosotros, tuvimos que redactar oraciones con cada uno de ellos y luego dibujar, haciendo referencia a una de esas oraciones.
Lo mío fue así:
«La foca está en la nube».
A la oración, le siguió un pequeño esquema de rayas que según mi papá «era la cola de una ballena»; según mi mamá era «un no sé qué» y según la Seño «un no sé dónde», puesto que al corregir mi trabajito, textualmente escribió:
-¿Y la foca se escondió?
Cuando vi la corrección, tomé un lápiz e inocentemente respondí bajo la nota de la maestra:
-Sí.

(6 años)
Mamá y Papá, estaban ultimando los detalles de mi fiesta de cumpleaños en el pelotero que reservaron. Con la lista de amigos en la mano, fui eligiendo a quiénes invitaría. Cuando llegó el momento de elegir a mis compañeros de fútbol, mami me aclaró:
-Ojo, no te olvides que tu cumple cae un martes y en el horario de entrenamiento. Calculá que algunos de ellos, quizás quieran ir a entrenar a las seis de la tarde. Así que invitá más chicos del cole para que en ese horario no se vaya la mitad de los nenes...
Yo no pude con mi entusiasmo y reconozco que el fútbol es más fuerte que otra cosa, porque respondí muy suelto:
-Y, ¿Qué tiene? Me voy con ellos a entrenar y después vuelvo...

ESTA OBRA QUEDÓ REGISTRADA EN
LA DIRECCIÓN NACIONAL DEL
DERECHO DE AUTOR EL
16 DE NOVIEMBRE DE 2007
BUENOS AIRES - ARGENTINA
EXPEDIENTE Nº: 618741
FORMULARIO Nº: 145024




19 marzo 2009

TAREA PARA EL HOGAR


Antes que me olvide, si quieren leer algo míiiiiio y solamente mío, pueden hacerlo en el blog de Marce "Mujeres de 40 y más".

Ella gentilmente me invitó a participar como invitada y allí estoy.

Además van a pasar un rato más que agradable, ya que se trata de un blog ameno y con artículos muy variados.

................


María Rosa del blog Algo Personal, me dejó tarea para el hogar. En realidad, no es otra cosa que un "Meme".

La verdad que esa palabrita no me gusta (vaya uno a saber por qué). Así que voy a transformar mis deberes en una simple lista con las cosas que más me gustan.

Aclaro que tampoco me gusta hablar de mí. Me cuesta bastante. Es como si alguien quisiera sacarme una foto de prepo.

Pero bueno, acá estoy. Esperen que me peino y me arreglo un poco.



ESTILO DE MÚSICA: Extraño a Serú Girán. Era lo que escuchaba de adolescente y hoy no tengo ni un "cassette". (Chau, algunos deben creer que soy prehistórica).
Hoy escucho un poco de cada cosa. Los Beatles, Queen y toda la que me traiga lindos recuerdos.

UNA PELÍCULA: No soy muy amante del cine. Pero creo que por lejos "Esperando la Carroza". La vi unas 10 veces.
Me engancho mucho con las de suspenso. Las dramáticas ya no me gustan. Para llorar, con la factura de luz me sobra.

UNA SERIE: Casi no veo TV. Pero igual prefiero algún buen unitario.
Series de cuando era "joven" un montón. Creo que las veía todas. Pero mis preferidas eran "Los Ángeles de Charlie" y "Starsky y Hutch".

UNA CANCIÓN: Muchas. "La colina de la vida", "América, América", "Rapsodia Bohemia". "Ojos de cielo".

UN LIBRO: "No me iré sin mi hija". "Flash". "Cuentos para Verónica".

UN LIBRO ACTUAL: Hace unos días terminé de leer "Todos lo sabíamos" de Juan Carlos Kreimer.

UN MAL DÍA: Cualquiera que altere mi organización preestablecida de actividades. (Léase: soy una neurótica sin remedio y no me gusta que me saquen de mi rutina)

UNA PROFESIÓN: De haber tomado coraje en el momento indicado, seguramente sería locutora. Pero todo lo que tenga que ver con la magia de la radio me fascina.

UN SUEÑO: Vivir en paz y llegar a los últimos años de mi vida habiendo conseguido realizar todo lo que me proponga.

..........................


Sé que para la mayoría no resulta grato exteriorizar lo que sentimos. Muchas veces he recibido estas cadenas por mail y jamás recibí respuesta de quienes yo esperaba.

Pero también se que es lindo saber de otros, de sus gustos y de sus deseos. Si alguno quiere seguirla, bienvenido sea. Y si no, por favor, me toman de perfil izquierdo.



15 marzo 2009

EPÍLOGO (bajo licencia de Creative Commons)

Hace casi dos años, llegó a nuestro hogar el benjamín de la familia. Su nombre es Manuel, pero desde el primer día quedó apodado «Manu».

Es una criatura deliciosa. Un ser adorable que siempre está dispuesto a escuchar y obedecer.
Hemos notado que tiene una sensibilidad especial. No le agrada que le levanten el tono de voz, ni que lo reten. Sabe perfectamente qué cosas no se deben hacer y responde a la enseñanza que le brindamos. Sin embargo, cuando hace de las suyas, es conciente de la penitencia que vendrá y entonces, sólo espera que lo perdonemos.
Disfruta del momento del baño, aunque suele esconderse antes de aceptar la consigna. Juega con sus chiches y no toca nada que no sea de su propiedad.
No da demasiadas vueltas con la comida. Saborea todo lo que le ofrecemos.

Nació con una pequeña complicación digestiva, que le produce vómitos frecuentes. Pero se las aguanta como un señorito.
La doctora que lo controla, habla maravillas de él. Y me felicita en cada visita, porque con su problemita de salud, me vi en la obligación de organizar una carpeta con todos sus antecedentes clínicos. ¿Cómo no hacerlo? Si pude con «M», ¿Por qué no con él?

Si hay algo que detesta, es el momento de sentarnos en familia a ver un programa de televisión. Como no comprende los contenidos, se aburre y comienza a hacer todo tipo de morisquetas para distraernos. Pero es un tierno. No habla una palabra, pero se hace entender perfectamente.
En cuanto a su educación, cometimos un error imperdonable: le gusta dormir en la cama grande, y lo acostumbramos así desde chiquito para que no llorara durante las noches.

«M» lo quiere mucho. Para él, es una especie de peluche y su compañero inseparable. Y la verdad, yo lo adoro.
Pensar que me llevó tanto tiempo tomar esta decisión porque no estaba dispuesta a atarme otra vez. Pero es tanto el amor que nos devuelve día a día, que valió la pena el sacrificio…
Además, cuando salgo a la calle a pasear con él, todo el mundo se da vuelta para observarlo con admiración.

Es que es hermoso. Nuestro schnauzer miniatura es realmente hermoso.


Durante años mi desaprobación fue absoluta. Mi marido, amante nato de los perros, convivió con ellos mientras fue soltero. Pero al casarnos, me negué rotundamente.
En cuanto a mí, siento una ternura muy particular hacia los animales. En especial, para con los perros. Pero jamás tuve la intención de tener uno en casa.

Recuerdo que cuando era niña, trataba de convencer a mi mamá para adoptar uno. Pero ella también se negaba. Con inteligencia, solía decirme que eran muy lindos, pero implicaban mucho compromiso. Y sostenía sabiamente, que luego de la novedad, nadie desearía hacerse cargo de su atención.
A «M», siempre le gustaron estos bichitos, entonces, cada tanto, renovaba su pedido. Pero mi respuesta, siempre fue igualita a la de mi madre. Hasta que un día, me presentaron al cachorro de una familia amiga. Y ya no pude decir que no.

Con mi aprobación, comenzamos la búsqueda de raza. «M» y yo, queríamos un caniche toy. Pero a mi marido le gustaban los bóxer. Ni en ese tema lográbamos ponernos de acuerdo. ¿Dónde iba a dormir un perro de ese tamaño? ¿Qué espacio vital le íbamos a otorgar para que pudiera moverse libremente?
Él sostenía que un caniche no era un perro; que debajo de todo ese pelo existía sólo un esqueleto. Y que además, esa raza era muy delicada del estómago.Já já já. Porque el nuestro, no…Honestamente, no me arrepiento de haber tomado tal decisión. Hubiera sido una pena, no saber qué se siente al convivir con un animalito de estos. Dicen que es una buena terapia. Y ya lo creo.
Hoy, Manu, es un integrante más de la familia. Y es feliz. Como nosotros.



Aquí les presenté paso a paso, mi historia como «mamá». Algunos considerarán que es poca cosa, pero para mí, lo es todo.
Hoy, no concibo la vida sin mi hijo. Tengo proyectos, claro. Pero pueden esperar. En cambio, «M», no. Él es hoy y ahora.

El mejor legado que puedo dejarle, además de su educación, es el concepto de familia. Debo ser una de las pocas personas que aún cree en ella. Pero me refiero a una familia construida con responsabilidad.

A «M» le tocó nacer en un mundo complicado. Y es preciso que lo sepa. Mi misión es mostrarle ese mundo tal como es, más allá de la contención de mamá y papá.
No deseo facilitarle el camino, sino darle las herramientas necesarias para que él pueda forjarlo.
La escuela le servirá para adquirir cultura. La vida, para ser mejor persona. Y nosotros, sus padres, para guiarlo.

Sigo sintiendo que aún es pequeño, inocente e indefenso. Pero a la vez, deseo disfrutar de este tiempo que pasa pronto.

Una vez, alguien me dijo que a los hijos hay que llevarlos siempre de la mano. No soltarlos antes de tiempo, para que no caminen solos, y no hacerlo demasiado tarde, para dejarlos crecer.
¡Qué difícil tarea! Quiero que crezca en libertad, pero al mismo tiempo, no me resigno a soltarlo.

Aún hace falta pulirlo un poco. Está aprendiendo a defenderse solo. Y me hace feliz que lo esté logrando.

Durante mucho tiempo, traté de hacerle comprender, que la palabra, es un don maravilloso. Y hacer uso de ella, es imprescindible para opinar, pero también para protegernos de aquellas cosas que nos desagradan. La palabra, puede más que un golpe. Y acompañada de nuestra inteligencia, mucho más aún.

Hubiera deseado verlo nacer en un mundo sin hipocresía, sin envidia y sin maldad. Un redondo y luminoso mundo donde imperasen los valores casi perdidos. Un mundo donde prevaleciera el esfuerzo personal para conseguir lo que queremos, en lugar de seres humanos sin códigos y sin moral. Pero al menos por ahora, no será posible.

Lo único que me queda, es acompañarlo para que siempre transite por el camino de la verdad. Para que sea justo. Para que pueda observar todo lo que tiene a su alrededor y elegir en consecuencia. Para que no sufra por no tener aquello que no necesita, pero para que se esfuerce por hacer realidad sus proyectos. Para que emprenda su vida con dignidad y que aunque sepa que habrá cosas que jamás pueda concretar, luche igual por conseguirlas; pues siempre es mejor intentar que quedarse de brazos cruzados. Para que no trate de hacer lo más fácil, sino lo mejor. Para que no viva pensando en ideales que no existen. Para que no discrimine, pues soy una convencida de que quienes discriminan son sólo ignorantes, que finalmente terminan siendo discriminados. Para que respete al «diferente», pues seguramente habrá en él, virtudes y aptitudes que otros no tienen. Para que sea tolerante y respete las opiniones ajenas. Para que no sea necio. Para que exteriorice todo lo que sienta. Para que sea optimista. Para que cuide su cuerpo. Para que estudie; más allá de su futuro, pues estudiar abre la mente para ver las cosas con otro criterio. Para que siga siendo sensible, pero no tanto. Para que obre como sienta, pero siempre con respeto. Para que cuando se convierta en adulto, sea un buen hombre.

Confío en él. Lo amo y lo que más deseo en la vida, es que sea feliz.


Estoy a un paso de cumplir los 40. Tengo un hijo. Acabo de escribir un libro. Pero todavía me queda algo pendiente...Plantar un árbol.

FIN









ESTA OBRA QUEDÓ REGISTRADA EN
LA DIRECCIÓN NACIONAL DEL
DERECHO DE AUTOR
EL 16 DE NOVIEMBRE DE 2007
BUENOS AIRES - ARGENTINA
EXPEDIENTE Nº: 618741
FORMULARIO Nº: 145024

12 marzo 2009

HOMENAJE A JORGE GUINZBURG

A UN AÑO DE SU MUERTE



¡CÓMO NOS ENGAÑARON!


Entré al consultorio, me quité el abrigo y avancé hasta el diván. Me senté. No estaba en condiciones de acostarme.
Si en esa sesión, no miraba a la cara a mi analista, no hubiera sido capaz de emitir una palabra.

Sabía que lo que había descubierto podía cambiar el curso de mi terapia. Percibía que por primera vez estaba a punto de descifrar por qué me afectaba tanto no entender la realidad, algo que les pasaba también a muchos políticos, sólo que a ellos no les importa. Entonces le dije a mi terapeuta:
-"Mi mamá y mi papá me engañaron todo el tiempo y no fueron mentiras así nomás. Yo puedo perdonarles que me hayan asegurado que si tomaba la sopa iba a crecer, pero NO estas calumnias que afectaron mi vida para siempre".
Comencé a enumerar las que aún resonaban en mi atormentado cerebro:
*Si te pasa algo en la calle, llamá a un policía. Él te va a ayudar.
*Los ladrones le tienen miedo a la policía.
*Juez, no es cualquiera. Primero tiene que demostrar su honestidad.
*Para integrar un partido político, tenés que tener la misma línea de pensamiento que el resto de tus compañeros.
*Si querés ganar mucha plata, tenés que trabajar duro.
*El que roba, va a la cárcel.
*Los periodistas tienen que ser objetivos y no mostrar su ideología.
*Si lo dijeron en la tele, es verdad.
*Al final siempre ganan los buenos.
*La Argentina es un país rico. Vos plantás un palo de escoba y crece una planta. Por eso acá nadie se muere de hambre.
*Acá no trabaja el que no quiere.
*El banco es el lugar más seguro para guardar la plata.
*El cliente siempre tiene la razón.
*Si sos honesto, siempre te va a ir bien en la vida
*Los políticos son los representantes del pueblo.
*La escuela pública es la mejor.
*Después de las elecciones, el candidato que perdió, se pone a disposición del que ganó para ayudarlo.
*Todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y obligaciones.
*Nos tienen bronca porque somos los mejores.
*Los países ricos ayudan a los países pobres.
*La esclavitud se terminó hace rato.
*Después de trabajar toda la vida, el premio es que podés jubilarte y vivir sin trabajar.


Al llegar a ese punto, me arrepentí de verle la cara a mi terapeuta. Él también estaba llorando.



¡Cuánto crecimos engañados en el país de mamá y papá!

Texto: Jorge Guinzburg


11 marzo 2009

MÁS PREMIOS PARA MÍ

Aprovecho para agradecer estos mimos que me han tomado por sorpresa. Y aprovecho también para retribuir tanta muestra de cariño permanente.

Ahí van (por orden de recepción):


Abuela Ciber decidió regalar a sus amigas blogueras todos sus premios recibidos. El collage, se lo tomé prestado a Ivana Carina, quien también fuera galardonada en este humilde homenaje por el Día Internacional de la Mujer.
¡GRACIAS ABUELA CIBER!


Este premio dedicado a las mujeres comprometidas con la educación, lo acabo de recibir de la mano de Ivana Carina.

¡GRACIAS IVANA!



Y por último, este premio lo recibí de la mano de Nataly. Una de las blogueras con el corazón más bello que he visto en mi vida.

¡GRACIAS NATALY!


A las tres, gracias, gracias y gracias. Son mujeres especiales, bien distintas pero sobre todo BIEN MUJERES.


08 marzo 2009

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

ESTABAN DOS HOMBRES CONVERSANDO SOBRE LO QUE ES UN “MINÓN”…

UNO DE ELLOS EMPIEZA A DESCRIBIR LO QUE PARA ÉL SIGNIFICABA
Describió los pechos, la cintura, los labios, las piernas, y el color de los ojos.
Decía que un minón tiene que ser una rubia de 1,80 m, siliconada y con sonrisa Colgate.
Minones, dentro de ese concepto, no existen muchas: Dolores Barreiro, Nicole Newman, Araceli Gonzalez, Valeria Mazza, Pampita Ardohain e Ingrid Grudke.

Y PARA VOS:
¿CÓMO DEBERÍA SER UN MINÓN?,
INTERROGA A SU AMIGO

Y ÉSTE,
MEDITANDO UN RATO, EMPIEZA A DESCRIBIRLA:

Un “minón” es aquella que toma dos colectivos para ir a su trabajo y dos más para regresar. Que cuando llega a su casa, encuentra un cesto de ropa para lavar, los deberes de los niños para revisar y una familia hambrienta para alimentar.

Un “minón” es aquella que va de madrugada a hacer cola para garantizar la inscripción de sus hijos en el mejor colegio y aquella jubilada que pasa horas parada haciendo cola en un banco para cobrar una pensión insultante.

Un “minón” es la empresaria que administra decenas de funcionarios de lunes a viernes y una familia todos los días de la semana.

Un “minón” es aquella que regresa del supermercado con varias bolsas después de haber comparado precios y hacer malabarismos con el presupuesto.

Un “minón” es aquella que se depila, se pone cremas, se maquilla, hace dieta, ejercicio, usa tacones y lencería, se arregla el pelo y se perfuma, sin tener ninguna invitación para ser portada de revista.

Un “minón” es aquella que lleva los hijos al colegio y los va a buscar, los lleva a las clases de natación y los va a buscar, los lleva a la cama, les cuenta historias, reza con ellos, les da un beso y apaga la luz.

Un “minón” es aquella madre del adolescente que no duerme mientras éste no llega sano y salvo a casa y que bien temprano por la mañana ya está levantada, calentando la leche y haciendo el café.

Un “minón” es aquella que sabe dónde está cada cosa, lo que cada hijo siente y cuál es el mejor remedio para la acidez, para los deditos magullados y para las pesadillas.



EN NOMBRE DE "RELATOS COTIDIANOS" AQUÍ VA UN ABRAZO PARA TODOS LOS "MINONES" QUE CONOZCO.


¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!

03 marzo 2009

CAPÍTULO 8 ESTE ES MI HIJO (bajo licencia de Creative Commons)

No se hagan demasiadas ilusiones. No voy a presentarles a «M». Sólo permitiré que lo conozcan a través de algunas características de su personalidad.


Si mi embarazo hubiese llegado a su término en el tiempo previsto, «M» sería de Cáncer. Pero nació bajo el signo de Tauro.
Hasta ese momento, yo no conocía el signo ni sus particularidades. Sólo quise interiorizarme acerca de él, para descubrir si realmente existían coincidencias respecto de sus cualidades. Y para serles franca, las hay y muchas.

Para «M», la familia, es su espacio más sagrado. Al ser pocos los integrantes que la componemos, mi marido y yo somos sus referentes más directos y en quienes se apoya permanentemente.
Para con su grupo íntimo, es generoso, contenedor y muy afectuoso, pero le gusta tomar la sartén por el mango.
Para con los de afuera, es muy celoso. Le cuesta abrir las puertas de su mundo.
Es muy persistente, pero poco paciente. Si está convencido de algo, lo más probable, es que no se detenga hasta conseguirlo. Pero en el camino, interrumpirá su lucha para protestar tantas veces como su energía se lo permita.
Se manifiesta como un chico normal, asumiendo, por momentos, responsabilidades propias de un adulto, aunque luego, siga demostrando que es un niño.
Posee un temperamento muy conservador. Acepta mandatos con mucha sumisión porque sabe cómo se debe obrar ante los demás.
Por esta razón, es que suele chocar con quienes no respetan normas preestablecidas.
Odia los grandes conflictos, tratando de mediar cada vez que puede. Es muy buen compañero y obediente en cualquier ámbito que no sea su hogar.
No se hace de amigos fácilmente. Es tímido y desconfiado y entonces elige con mucho tacto a quienes formarán parte de su círculo de afectos.
Pero una vez que lo consigue es fiel a sus sentimientos.
Suele ser muy recto, pues no le agrada que le jueguen malas pasadas. Es capaz de brindarse por entero y siempre está dispuesto a ayudar.

No le atraen las tareas manuales ni las salidas campestres. Él, se encuentra más cómodo en su casa y con la tecnología a su alcance.
Es muy cuidadoso y prolijo con sus pertenencias, pero sufre cuando alguien le pide algo prestado.
Es ambicioso y muy ahorrativo. Aprendió a cuidar el dinero, utilizando lo necesario y guardando el resto para "cosas importantes".

No toma decisiones rápidamente. Medita mucho antes de dar un paso trascendental.
Delgado y de baja estatura, sus ojos claros y tiernos me permiten entrever su sensibilidad.
«M» es y seguirá siendo mi bebé.
El mismo que hace unos días y después de un reto por haber hecho algo indebido, le dio un portazo al escritorio (donde yo me encontraba) en señal de protesta. Y con la misma rapidez intentó sacarme de mi encierro, en medio de una carcajada que le hizo olvidar su enojo, porque en plena acción, los cordones de sus zapatillas quedaron enganchados debajo de la puerta, impidiéndole moverse de allí.
Ante esa situación, consiguió hacerme reír a mí también, pues recordé la época en que trataba de aprender a atarse los mismos cordones y se enredaba las manos, mandando al diablo su intento.
Igual que ahora. El mismo carácter, siete años después.
Esta es su esencia. Y la disfruto.
Ya ha pasado por varias etapas.
Cuando era pequeño y yo tenía que salir, no me quedaba otra opción que hacerlo con él. Esas salidas, se volvían interminables por su andar lento y su rápido cansancio.
Pasó el tiempo y me acostumbré a cargar con un apéndice. A todas partes, él iba conmigo. No podía escaparme sin que se diera cuenta.
Cuando creció un poco, me complicó aún más. Le avisaba que debía acompañarme, pero él se negaba. Prefería quedarse en casa. Entonces me obligaba a esperar que milagrosamente, alguien se hiciera presente para quedarse con él.
Deseaba que creciera pronto, para poder despegármelo de las piernas...

Ahora, está en condiciones de moverse solito, siempre alrededor de nuestra casa. Tiene sus propias llaves y las muestra con orgullo.
Pero cuando preciso un favor que lo aleje por unos instantes de nuestro querido hogar, vuelve a negarse, encontrando siempre alguna tarea más productiva que la que yo le pido. Así es él.

Suele sostener una taza de café con leche como el más experto y haciendo monigotadas, me indica que uno de sus dedos quedó atascado en el asa.
Se pone a bailar delante de mí con la misma gracia con que lo haría un lobo marino o tímidamente se asoma mostrando su esbeltez con dos pelotas de tenis perfectamente acomodadas a la altura de sus tetillas.
Serio y payaso a la vez, de a poco, está ingresando en lo que familiarmente denominamos la edad del pavo.
Antes, no reparaba en mis características obsesivo- compulsivas. Pero ahora, es capaz de criticar tanta perfección de mi parte.
Yo tengo la espantosa costumbre de dejar perfectamente ordenadas mis pertenencias, pero también las de los demás.
Con cada final de un ciclo lectivo, la mochila de la escuela queda lista para el primer día de clases del año siguiente, evitándome luego, la incomodidad de correr alocadamente para conseguir todos los útiles que solicitan los maestros.
Y hace unos años, con el bolso de natación, tomé la misma actitud, acomodando en su interior los efectos personales que «M» usaba para sus clases.
Pero el primer día, cuando mi chiquitín salió del vestuario listo para entrar en la pileta, notó que había algo que no estaba del todo bien.
Se acercó a mí, y se miró los pies dos números más grandes que las ojotas que habían quedado del año anterior, mientras me preguntaba:
-¿No te parece que me quedan un poco chiquitas?

Esa soy yo.
Este año, yo misma me tomé el trabajo de realizarle un test de orientación vocacional, que una mamá amiga me ha facilitado.
A mí también me agrada tener la sartén por el mango. Y no les voy a decir que mi hijo va a ser el mejor médico, porque ustedes ya saben de sus inclinaciones deportivas. Pero créanme, que cada día me esfuerzo por conseguir que sea mejor persona.
Por supuesto, sigo peleando con mi genio, para no entorpecer demasiado esta tarea.
Hoy, estoy dispuesta a cocinarle un delicioso churrasco (manjar que me reclama cada tanto), aún sabiendo que mi bonita cocina quedará a la miseria.
Pero «M», bien lo vale.


ESTA OBRA QUEDÓ REGISTRADA EN LA
DIRECCIÓN NACIONAL DEL DERECHO DE AUTOR
EL 16 DE NOVIEMBRE DE 2007
BUENOS AIRES - ARGENTINA
EXPEDIENTE Nº: 618741
FORMULARIO Nº: 145024


01 marzo 2009

TENGO PREMIOOOO...


Ayer, mientras acepté la invitación a un asado, por acá me estaban premiando.


Seguramente este premio nada tiene que ver con mi esfuerzo para mantenerme en forma...
Pero al recibirlo me sentí doblemente halagada, ya que Gamar tuvo la gentileza de otorgármelo como reconocimiento por el esfuerzo de plasmar la crianza de mi hijo en un libro.

Ustedes saben todo lo que significa para mí, mi hijo. El libro es sólo el resultado de mi amor hacia él.
Gracias Gamar por esta mención que quedará en mi modesta pero valiosa vitrina de premios.

SEGUIME VOS TAMBIÉN