RELATOS COTIDIANOS: EPÍLOGO (bajo licencia de Creative Commons)

15 marzo 2009

EPÍLOGO (bajo licencia de Creative Commons)

Hace casi dos años, llegó a nuestro hogar el benjamín de la familia. Su nombre es Manuel, pero desde el primer día quedó apodado «Manu».

Es una criatura deliciosa. Un ser adorable que siempre está dispuesto a escuchar y obedecer.
Hemos notado que tiene una sensibilidad especial. No le agrada que le levanten el tono de voz, ni que lo reten. Sabe perfectamente qué cosas no se deben hacer y responde a la enseñanza que le brindamos. Sin embargo, cuando hace de las suyas, es conciente de la penitencia que vendrá y entonces, sólo espera que lo perdonemos.
Disfruta del momento del baño, aunque suele esconderse antes de aceptar la consigna. Juega con sus chiches y no toca nada que no sea de su propiedad.
No da demasiadas vueltas con la comida. Saborea todo lo que le ofrecemos.

Nació con una pequeña complicación digestiva, que le produce vómitos frecuentes. Pero se las aguanta como un señorito.
La doctora que lo controla, habla maravillas de él. Y me felicita en cada visita, porque con su problemita de salud, me vi en la obligación de organizar una carpeta con todos sus antecedentes clínicos. ¿Cómo no hacerlo? Si pude con «M», ¿Por qué no con él?

Si hay algo que detesta, es el momento de sentarnos en familia a ver un programa de televisión. Como no comprende los contenidos, se aburre y comienza a hacer todo tipo de morisquetas para distraernos. Pero es un tierno. No habla una palabra, pero se hace entender perfectamente.
En cuanto a su educación, cometimos un error imperdonable: le gusta dormir en la cama grande, y lo acostumbramos así desde chiquito para que no llorara durante las noches.

«M» lo quiere mucho. Para él, es una especie de peluche y su compañero inseparable. Y la verdad, yo lo adoro.
Pensar que me llevó tanto tiempo tomar esta decisión porque no estaba dispuesta a atarme otra vez. Pero es tanto el amor que nos devuelve día a día, que valió la pena el sacrificio…
Además, cuando salgo a la calle a pasear con él, todo el mundo se da vuelta para observarlo con admiración.

Es que es hermoso. Nuestro schnauzer miniatura es realmente hermoso.


Durante años mi desaprobación fue absoluta. Mi marido, amante nato de los perros, convivió con ellos mientras fue soltero. Pero al casarnos, me negué rotundamente.
En cuanto a mí, siento una ternura muy particular hacia los animales. En especial, para con los perros. Pero jamás tuve la intención de tener uno en casa.

Recuerdo que cuando era niña, trataba de convencer a mi mamá para adoptar uno. Pero ella también se negaba. Con inteligencia, solía decirme que eran muy lindos, pero implicaban mucho compromiso. Y sostenía sabiamente, que luego de la novedad, nadie desearía hacerse cargo de su atención.
A «M», siempre le gustaron estos bichitos, entonces, cada tanto, renovaba su pedido. Pero mi respuesta, siempre fue igualita a la de mi madre. Hasta que un día, me presentaron al cachorro de una familia amiga. Y ya no pude decir que no.

Con mi aprobación, comenzamos la búsqueda de raza. «M» y yo, queríamos un caniche toy. Pero a mi marido le gustaban los bóxer. Ni en ese tema lográbamos ponernos de acuerdo. ¿Dónde iba a dormir un perro de ese tamaño? ¿Qué espacio vital le íbamos a otorgar para que pudiera moverse libremente?
Él sostenía que un caniche no era un perro; que debajo de todo ese pelo existía sólo un esqueleto. Y que además, esa raza era muy delicada del estómago.Já já já. Porque el nuestro, no…Honestamente, no me arrepiento de haber tomado tal decisión. Hubiera sido una pena, no saber qué se siente al convivir con un animalito de estos. Dicen que es una buena terapia. Y ya lo creo.
Hoy, Manu, es un integrante más de la familia. Y es feliz. Como nosotros.



Aquí les presenté paso a paso, mi historia como «mamá». Algunos considerarán que es poca cosa, pero para mí, lo es todo.
Hoy, no concibo la vida sin mi hijo. Tengo proyectos, claro. Pero pueden esperar. En cambio, «M», no. Él es hoy y ahora.

El mejor legado que puedo dejarle, además de su educación, es el concepto de familia. Debo ser una de las pocas personas que aún cree en ella. Pero me refiero a una familia construida con responsabilidad.

A «M» le tocó nacer en un mundo complicado. Y es preciso que lo sepa. Mi misión es mostrarle ese mundo tal como es, más allá de la contención de mamá y papá.
No deseo facilitarle el camino, sino darle las herramientas necesarias para que él pueda forjarlo.
La escuela le servirá para adquirir cultura. La vida, para ser mejor persona. Y nosotros, sus padres, para guiarlo.

Sigo sintiendo que aún es pequeño, inocente e indefenso. Pero a la vez, deseo disfrutar de este tiempo que pasa pronto.

Una vez, alguien me dijo que a los hijos hay que llevarlos siempre de la mano. No soltarlos antes de tiempo, para que no caminen solos, y no hacerlo demasiado tarde, para dejarlos crecer.
¡Qué difícil tarea! Quiero que crezca en libertad, pero al mismo tiempo, no me resigno a soltarlo.

Aún hace falta pulirlo un poco. Está aprendiendo a defenderse solo. Y me hace feliz que lo esté logrando.

Durante mucho tiempo, traté de hacerle comprender, que la palabra, es un don maravilloso. Y hacer uso de ella, es imprescindible para opinar, pero también para protegernos de aquellas cosas que nos desagradan. La palabra, puede más que un golpe. Y acompañada de nuestra inteligencia, mucho más aún.

Hubiera deseado verlo nacer en un mundo sin hipocresía, sin envidia y sin maldad. Un redondo y luminoso mundo donde imperasen los valores casi perdidos. Un mundo donde prevaleciera el esfuerzo personal para conseguir lo que queremos, en lugar de seres humanos sin códigos y sin moral. Pero al menos por ahora, no será posible.

Lo único que me queda, es acompañarlo para que siempre transite por el camino de la verdad. Para que sea justo. Para que pueda observar todo lo que tiene a su alrededor y elegir en consecuencia. Para que no sufra por no tener aquello que no necesita, pero para que se esfuerce por hacer realidad sus proyectos. Para que emprenda su vida con dignidad y que aunque sepa que habrá cosas que jamás pueda concretar, luche igual por conseguirlas; pues siempre es mejor intentar que quedarse de brazos cruzados. Para que no trate de hacer lo más fácil, sino lo mejor. Para que no viva pensando en ideales que no existen. Para que no discrimine, pues soy una convencida de que quienes discriminan son sólo ignorantes, que finalmente terminan siendo discriminados. Para que respete al «diferente», pues seguramente habrá en él, virtudes y aptitudes que otros no tienen. Para que sea tolerante y respete las opiniones ajenas. Para que no sea necio. Para que exteriorice todo lo que sienta. Para que sea optimista. Para que cuide su cuerpo. Para que estudie; más allá de su futuro, pues estudiar abre la mente para ver las cosas con otro criterio. Para que siga siendo sensible, pero no tanto. Para que obre como sienta, pero siempre con respeto. Para que cuando se convierta en adulto, sea un buen hombre.

Confío en él. Lo amo y lo que más deseo en la vida, es que sea feliz.


Estoy a un paso de cumplir los 40. Tengo un hijo. Acabo de escribir un libro. Pero todavía me queda algo pendiente...Plantar un árbol.

FIN









ESTA OBRA QUEDÓ REGISTRADA EN
LA DIRECCIÓN NACIONAL DEL
DERECHO DE AUTOR
EL 16 DE NOVIEMBRE DE 2007
BUENOS AIRES - ARGENTINA
EXPEDIENTE Nº: 618741
FORMULARIO Nº: 145024

23 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Que hijo más hermoso tienes.
No tengo ninguna duda de que lo prepareis muy bien para enfrentarse a los retos que le depare la vida.
Ha tenido mucha suerte de teneros.

Besos.

*//////* dijo...

Fabiana:
Dichosos sean de tener ese hijo tan especial.
Dichoso él de tenerlos a Uds para contar con el amor, la educación, la guía y la dedicación que le brindan.

Y hoy quiero felicitarte además por Manu :)

Un beso enorme amiga!

Cecy dijo...

Fabi.
Dudas tenemos todo el tiempo verdad, de como lo estamos haciendo.
Pero se ve que afortunadamente, la llevas mas que bien.
Felicitaciones, es muy lindo.
Y vos tranqui, que todo marcha, eso es lo bueno.
Donde hay contención amorosa, no puede haber errores o al menos si hay, son mas faciles de solucionar.
Me encanto.
Besos.
Me recordastes muchas cosas.

gamar dijo...

Uy, los perros, una lucha en casa. Por un tiempo no quiero más, pero la que tenemos, una fox terrier insoportable, está embarcada en batir el récord de longevidad.
besos Fabi

V. do Rexo dijo...

Hermoso niño y gran epílogo. Te deseo mucha suerte (y mucha paciencia) con el pequeño.

besos

Fabiana dijo...

Toro Salvaje: Ojalá sea así. Siempre digo que los resultados se verán cuando ya sea tarde reparar los errores.
Te mando un abrazo.

María Rosa: Es que Manu es como...nuestro segundo hijo. Debemos estar locos, pero lo adoramos.
Besos y buena semana.

Fabiana dijo...

Cecy: No pude con mi genio. Tenía que mostrar a mi "bebé". Aunque fui bastante discreta para que nadie lo reconozca.
Cuando se de cuenta me mata. Jaja.
Me alegra que hayas recordado cosas sobre la crianza de tu hijo. Debés ser una madraza.
besitos para vos.

Gamar: Los perros son los bichoas más hermosos que hay.
Quizás lo digo porque tuvimos la suerte de que Manu sea un santo. Jamás tocó nada que no fuera suyo.
Otra sería la historia si fuera un terremoto.
Yo con mi locura por el orden extremo no podría.
Dicen que los perros se parecen a sus dueños. Y algo de eso debe de haber.
Saludos.

Claudia Sánchez dijo...

Ayyyyy.... "M" es un bombonazo!!!!
Te felicito! yo creo que cuando crezca se sentirá muy orgulloso por la madre que lo ha criado, por tanto amor y tanto criterio para hacerlo un hombre de bien... y que escribió un libro sobre él!!!
Me divirtió mucho tu historia y me hizo acordar muchísimo a la mía (ahora estoy meditando sobre la mascota) Ja, ja!
Besos,

Fabiana dijo...

Verónica: Bienvenida. Gracias por tus palabras y estás invitada a leerme cuando quieras.
Un abrazo.

Claudia: Es que la mascota es la compañía ideal para mi bomboncito.
Pero pensalo bien...
Un beso.

SILVIA dijo...

fabiana que bonito¡¡¡¡¡¡¡¡¡que es manu.
Pienso exactamente igual a vos en lo que escribiste ...

¡¡¡Quiero que crezca en libertad, pero al mismo tiempo, no me resigno a soltarlo¡¡¡

es tan dificil, es una lucha interna que tengo todos los dias.

besitos y buen comienzo de semana

Abuela Ciber dijo...

Precioso bebé.

Bueno ya te veras como llevarlo a su propio cuarto, como mama preocupada y actual veras la necesidad de ello.

Es hermoso lo que has escrito y deseo de todo corazon lo vayas construyendo dia a dia.

No eres de las pocas que cree que la familia es fundamental, por aca habemos muchas.

Y llegará el día que luego de ayudarlo a fortalecer sus alas abriras la puerta para que parta... a su destino...ese día serás una madre realizada.

Cariños

Mecha dijo...

Qué linda tu historia, lo que contás sobre tu legado a M...
Creo que enseñarle a ser libre para elegir y para decidir, y hacerlo con honestidad y con los valores que le estás inculcando, es la mejor enseñanza que le podés legar...

En cuando a Manu, que te puedo decir! Yo me hubiera quedado con el boxer (ya viste mi foto), pero cualquiera te llena la vida de tanto amor incondicional, que no hay con que darle.

Felicitaciones por tu familia... la verdad es que me hiciste reir y emocionar con tu entrada.

Besos

Anónimo dijo...

El lugar que ocupa la mascota en nuestra vida y en la familia!!!
Y cuánto lugar ocupa también en nuestro corazón!!!

Realmente, sepa estimada, que he disfrutado de cada uno de los post en los que nos fue presentando su material!!
Un gusto haber podido compartir esto!!

Besotes y mi candor, siempre!!

Fabiana dijo...

Silvia: Son las preocupaciones de todas las madres. Por suerte somos muchas las mujeres que compartimos estos pensamientos.
Que tengas una buena semana.

Abuela Ciber: Este bebé ya tiene casi 13 años, aunque para mí siga siéndolo todavía.
El fin del trabajo como padres es justamente el momento de dejarlo ir. Pero cuánto camino hay por recorrer para llegar a eso...
Te mando un beso.

Fabiana dijo...

Mecha: Hoy no cambiaría a mi "Manu" por ningún otro. Realmente, no supe lo que se sentía por una mascota hasta que él llegó a nuestras vidas. Es un cascabelito y el mejor compañero.
Cuando mueve la cola, podemos tener la seguridad de estar ante un ser sincero. Cosa que no podríamos asegurar en un ser humano.
Saludos.

Candorosa: Te agradezco el haberme acompañado en cada capítulo. Y también cada palabra tuya después de leerlos.
Feliz semana.

Ra dijo...

uf... y q pasa cuando plantes el arbol!?!?!?!

María dijo...

Bello, muy bello es tu hijo, un abrazo para él y otro para ti.

Fabiana dijo...

Ra: Tengo que ser honesta con vos, no creo que me anime a plantar el árbol. Odio tocar la tierra con lombrices. Prefiero escribir otro libro.
Un besote.

María: Bienvenida. Gracias por el piropo y también por los abrazos.
Saluditos.

Siluz dijo...

Un hogar completo necesita una mascota. Yo no recuerdo un solo instante en que no haya habido una en casa.. y me refiero desde que era niña. (¿tanto tiempo? sí.. tanto :-)) Perros, gatos, aves, peces... no importa raza o tamaño, son parte de la familia. Un abrazo.

Fabiana dijo...

Monotributo: ¡Sos genial!

Siluz: Las mascotas son nuestra familia por adopción. Mucho más que algunos familiares de sangre.
Besos.

Marina Judith Landau dijo...

Me has matado de trnurita con lo que contás de tu perro.
Y con respecto a tus valores para la educación de tu hijo, te admiro, realmente. se cosecha lo que se siembra, asñi que vas a disfrutar de ver buenos frutos siempre.
Un abrazo.

Fabiana dijo...

Dondelohabredejado: Mi hijo es mi mejor obra. Pero mi perro es lo mássss.
Gracias por las cosas lindas que dijiste.
Te mando un beso.

Anónimo dijo...

Vine a visitarte y estuve un ratito de lectura por aquí. Muchas cosas buenas he visto, sobre todo mucho amor de madre y mucho sentido de la responsabilidad. Seguiré leyéndote. Besos.

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