RELATOS COTIDIANOS: octubre 2009

31 octubre 2009

PERFUME FRANCÉS

Al visitar el suntuoso Palacio de Versalles, París, se puede descubrir que no tiene baños.

En la Edad Media, no existían, así como tampoco los cepillos de dientes, perfumes ni desodorantes. Las heces y orinas humanas eran tiradas por la ventana del palacio.
En un día de fiesta, la cocina del palacio era capaz de preparar un banquete para 1500 personas sin la más mínima higiene. En las películas que reviven esa época se ve a la gente siendo abanicada.
La explicación no está en el calor, sino en el mal olor que exhalaban las personas por debajo de los vestidos (eran hechos a propósito para contener los olores porque no se lavaban).
No había costumbre de bañarse por la falta de agua corriente.
Así el mal olor era disipado por el abanico.
Pero sólo los nobles tenían lacayos que hacían esta labor. Además de disipar el aire viciado, también espantaban los insectos que se acumulaban a su alrededor.

Al ver el palacio de Versalles, uno queda maravillado con sus jardines, enormes y hermosos, pero hay que tener en cuenta que en la época a la que se hace referencia eran más usados que contemplados (se usaban como retretes en las fiestas promovidas por la realeza, ya que no tenían baños).

27 octubre 2009

MUJERES FEMINISTAS (R) (bajo licencia de Creative Commons)

No tengo dudas de que en las últimas décadas del siglo XX, se modificaron las conductas de las mujeres en el mundo occidental.

¿Quién no recuerda la imagen de alguna abuela rodeada de hijos? La mujer nacía para eso, casarse y ser madre.
Salvo algunas revolucionarias que tuvieron la osadía de estudiar y se convirtieron en excelentes profesionales, la mujer tuvo siempre un destino preestablecido por la sociedad. A ninguna se le hubiera ocurrido reclamar por sus derechos. ¿Qué derechos?

Aún así dadas las cosas, ellas eran felices. Se casaban muy jóvenes y traían al mundo un batallón de críos. No había planificación familiar por aquellos tiempos, pero igual todos eran bien recibidos.
Imaginen que no había televisores (rareza impensada para esta época). Pero...¿Qué otras cosas no había entonces?

Por empezar, pañales descartables, pero tampoco tenían heladera, lavarropas, microondas, aspiradoras ni las modernas procesadoras. No existían los grandes supermercados ni los delivery. De modo tal que la señora de la casa recorría diariamente el barrio en busca de los alimentos necesarios para su subsistencia y la de su familia.

También era común que ellas supieran coser, tejer y hasta bordar. De modo que no era nada extraño ver a todos los niños uniformados con prendas hechas en casa.

Si hoy tuviéramos que vivir bajo semejantes condiciones, no nos alcanzaría un día de 48 horas para cumplir con nuestras obligaciones.
De vivir así, no habría manifestaciones por los derechos de la mujer, pues no tendríamos tiempo de asistir a ellas.

La mujer, en los últimos 50 años, intentó reivindicar la igualdad respecto del hombre. Y tanta lucha comenzó a dar sus frutos.
Así, cada vez fue más sencillo conseguir trabajo casi a la par del hombre, aunque con sueldos inferiores. Pero no importó. Todo fuera por nuestros derechos.

Cualquier mujer aprendió a cambiar lamparitas, cueritos y a arreglar enchufes con la mera finalidad de equipararnos con el sexo fuerte. Pero no importó. Todo fuera por nuestros derechos.

Las más crédulas creyeron haber conseguido lo que tanto buscaban. Pero todavía faltaba un paso: la igualdad en las obligaciones domésticas.
Tanta insistencia en los reclamos, también dio sus frutos. Pero en este caso, a medias.

Hoy, los hombres son capaces de cambiar pañales y de ir de paseo por un supermercado. Pero no conozco hombre alguno que coopere. Porque cooperar significa trabajar en conjunto. Y lo que vemos habitualmente es a una señora feminista que sale corriendo de su trabajo cuando la han llamado de la escuela porque su hijo se sentía mal. A una señora feminista que lleva al chico al pediatra porque el padre del nene tiene una reunión de trabajo y no llega. A una señora feminista que llega a su casa luego de una ardua jornada laboral, se saca los zapatos y en medio del caos de su hogar se pregunta ¿Por dónde empiezo?

La misma señora feminista, seguramente saldrá corriendo a comprar algo rápido para la cena y quizás, si no hay ningún programa de televisión que se lo impida, su compañero inseparable se ofrecerá a lavar los platos para que ella pueda ayudar a sus hijos con las tareas escolares.

Humildemente, creo que el hombre se ha hecho a un lado para darle a la mujer el espacio que tanto reclamó. Es más, le ha cedido a la mujer su propio espacio con moño y todo.

Ya casi no hay hombres que se ofrezcan a pagar una cena o que nos corran una silla. ¿Para qué? Si somos iguales...
Tan iguales somos, que las mujeres en los últimos años, nos hemos puesto a la par con respecto a ellos. Ahora vivimos estresadas, somos hipertensas y padecemos enfermedades cardiovasculares casi como los hombres.

Ahora sí podemos expresar con orgullo que somos feministas...

24 octubre 2009

REMATO TÍTULO SECUNDARIO (total no vale un mango) (bajo licencia de Creative Commons)

Sí, ya se. Ni me lo recuerden. Ya se que no debería meterme en estos delicados temas pero Ustedes me conocen. Ya saben de mi caracter de mierda, de mi condición de "impulsiva irremediable" y de mi fuerte temperamento.
Y no pude evitar escribir sobre ESTO. Le di vueltas al asunto durante una semana y finalmente me senté, abrí el editor de entradas y acá me tienen. Echando humo.

Cuando leí el título del artículo me emocioné. Suponía que al fin habían reparado en la enorme brecha que existe entre la Escuela actual y las necesidades reales de una escuela que se ajuste a las circunstancias. Pues bien, me equivoqué. Y por mucho.

El artículo comenzaba hablando de las claves del proyecto que comenzaría a regir a partir del ciclo lectivo 2010 y decía:


                   *Docentes: Profundizar y jerarquizar la carrera. Y tender a concentrar sus horas de       trabajo en una escuela.

                 
                  *Formación relevante: La meta es una secundaria a la que los alumnos deseen asistir "por el valor de lo que ocurre para su presente y su futuro". Los ministros acordaron "apostar el conocimiento tanto desde las prácticas docentes como desde una nueva vinculación de los jóvenes con el aprendizaje".

           *Escolarización: Diseñar estrategias de aceleración y formatos específicos para alumnos con sobreedad, trabajadores y madres.


¡Genial! Pensé... Y seguí leyendo:


                *Fin de las expulsiones: Se proponen códigos de convivencia de tipo "restaurativo": que se reconozca el error y se lo repare.
         *Eliminar los ingresos: Para que el nivel sea irrestricto.
             
              *Evaluación: Promover un sistema que acompañe el aprendizaje. Podrían dejar de ser cuatrimestrales y finales para ser por tramos de aprendizaje.

       *Planes de estudio: Para el Ministerio se necesita un currículo con múltiples alfabetizaciones (lingüística, científica, tecnológica) para la comprensión del mundo actual. Habrá orientaciones en Ciencias Sociales, Naturales, Economía, Lenguas, Arte, Agrario, Turismo, Comunicación, Informática y Educación Física.

            *Ausentismo: Las autoridades quieren seguir más de cerca el ausentismo: se armaría una red intersectorial con áreas de Salud, Desarrollo Social y Trabajo.
      *Tutorías: Para acompañar los aprendizajes de los alumnos que lo necesiten.
 

Bla bla bla bla bla bla bla.
 
Necesitamos hacérselas más fácil todavía a los chicos de secundaria para que ocupen un banco durante 5 años (con suerte) sin abandonar los estudios...
¿Por qué mejor no los dejamos que se queden en casa y  a fin de año les mandamos por correo los papeles para renovar las vacantes por Internet así se ahorran la molestia de hacerlo personalmente?
 
De darle curso a esta locura podría aportar mi granito de arena proponiendo que a esta variante educativa de excelencia se la denomine "aguantadero de nivel medio".



20 octubre 2009

RELATO MATRIMONIAL (R) (bajo licencia de Creative Commons)

En algún rincón de "Relatos cotidianos" han quedado guardados los chistecitos referidos al matrimonio. Seguramente, con el tiempo iré por más. Pero hoy me voy a dedicar a enumerar algunas de las delicias cotidianas que protagonizamos quienes convivimos con nuestra pareja.

Es posible que durante los primeros años de matrimonio, la cosa se maneje con mucho "amor y paciencia". Ésto, le dará lugar a la etapa del "cariño y la tolerancia". Y por último, viene la que transito yo: "no te aguanto más pero estamos conviviendo todavía; tratá de no hacerme la vida imposible; no me asfixies; ¿por qué no te vas a dar una vuelta manzana?

Lo único que nos queda para esta época es el respeto mutuo. A esta altura de la vida, se podría decir que lo nuestro es una simbiosis, cada uno cumple una función en beneficio propio, pero también del otro.

Quien diga que después de tantos años, no murmuró alguna de las frases anteriores, seguramente está mintiendo.
A veces me pregunto cómo será envejecer para una mujer soltera. Después de tantas crisis de por medio, cada vez me parezco más a mi madre. Yo no uso ruleros ni me hago limpiezas de cutis con rodajas de pepino, pero vivir bajo el mismo techo, terminó con cualquier intento de conquista posible. Yo entiendo que no resulta excitante una mujer con calzas y un plumero en la mano. Tampoco ratonea ver a una señora que se acuesta a dormir con las medias puestas para calentarse los pies. Pero la vida conyugal es así. A mí tampoco me ratonea observar a mi marido "reventarse" un grano frente al botiquín del baño. Y mucho menos me agrada cuando estoy apurada por entrar...


A él no le gusta cómo aprieto el pomo del dentífrico. Pero yo odio que deje la tabla del inodoro mojada. Y todavía se atreve a decirme que en casa hay dos hombres y una mujer, de modo que es más conveniente dejar la tabla levantada y que yo la baje cuando me haga falta. ¡Qué coraje! Hace 15 años que discutimos por las mismas pavadas.

Él no se banca que yo esté tanto tiempo en la PC. Pero yo no tolero que deje la ropa que usó durante toda la semana apilada en el piso. Él me odia cuando estoy de mal humor por las mañanas. Y yo ya no soporto que intente tocar la guitarra. Él no tolera que le diga que no me pasa nada, cuando me ve con cara de culo durante tres días. Y yo lloro cuando suena el despertador a las 6:30 y lo veo durmiendo como una marmota.

Y la lista sigue y sigue, pero sería interminable para contar.

Yo se que en el fondo, nos queremos...MATAR.


Lo que van a leer a continuación, es cómo intenta colaborar el hombre de la casa, aunque siempre le salga mal. Seguramente, estas vivencias son comunes a la mayoría de los matrimonios. Para serles sincera, cuando les pasa a los demás, me río. Pero cuando me suceden a mí, lloro.


1)UNIÓN FAMILIAR: Si hay algo que disfruto en la vida, son los domingos por la mañana. Sin apuros, sin obligaciones y SIN VISITAS, este día es solamente para descansar... A veces.

-Gorda...¿Le decimos a mamá que le avise a la tía Pepa que la invitamos hoy a comer? Y de paso que venga mi primo con la mujer y los chicos. ¡Hace tanto tiempo que no nos vemos!
-¿Pero justo hoy? Yo quería quedarme en casa tranquila. No. Dejalo para otro día. Después queda todo hecho un chiquero.

-Dale, yo te ayudo.

-Está bien. Compramos unas pizzas y listo.

-No, dejame cocinar algo. No vienen nunca. No vamos a poner solamente unas pizzas en la mesa...

CONCLUSIÓN: Él me ayudó (es cierto), cocinando, porque es lo que le gusta hacer. Yo limpié. Todos comieron. Yo limpié. Todos se fueron (con mi marido que los llevó en el auto). Yo seguí limpiando.


2)NO ME TOQUEN EL LAVARROPAS: Creo que en esta época las mujeres podemos prescindir de nuestros maridos. Pero del lavarropas jamás.
El problema surge, cuando el hombre de la casa pretende poner una mano sobre el tan preciado artefacto.

-¡Gordo! El lavarropas está perdiendo agua. ¿Llamamos al técnico?

-¿Estás loca? Con lo que cobra...Dejame que veo si lo puedo arreglar.

-¿Y, qué era?

-Creo que ya está. El burlete estaba roto. Con $100 tenés un lavarropas nuevo.

Rato más tarde...

-¡Gordo...El lavarropas sigue perdiendo. No era el burlete. Fijate!

-¡Qué cagada! No sé qué podrá ser. No lo uses por las dudas, a ver si todavía se quema el motor.

-¿Entonces llamo al técnico?

-No hay un mango. Esperá hasta que cobre.

CONCLUSIÓN: Gastamos $100 al pedo. Hace 10 días que cargo 10 kilos de ropa en una bolsa pedorra para llevar al lavadero automático y estoy con las cuentas en rojo. Los pantalones de mi hijo, ahora sirven para el verano, porque se transformaron en pescadores. Y todavía tengo que llamar al técnico...


3)DE LA CHATARRA CON CUATRO RUEDAS: Tuve suerte. Mi marido no es de esos tipos locos por el auto. Nada que ver. Más bien, les diría que le importa tres pitos si anda. El problema asoma cuando uno está apurado...

-Gordo...Me voy al médico.

-Esperame que te llevo con el auto.

-Bueno, dale porque no quiero llegar tarde.

-Uyyy, no arranca.

-Bueno, me tomo el colectivo.

-No, esperá. Esto tiene que arrancar. Voy a ver qué es. Ayudame a empujarlo un poquito.

Después de un rato...

-No hay caso. Tomate el colectivo nomás...

CONCLUSIÓN: Demasiado tarde para el colectivo. A esa hora, ni en helicóptero llegaba al médico. Además, mi atuendo impecable, parecía el mameluco del mecánico de la esquina. Pero no importa. Pedí otro turno. Total, en la obra social las demoras son de sólo 3 meses...


4)MALDITOS APARATOS: Cuando los maridos quieren ayudar, generalmente empiezan los problemas. Hace unos días, casi quemo la aspiradora. Parece que había colocado mal la bolsa en su interior y el polvillo tapó el filtro, recalentándose así ese artefacto maldito. Moderno como pocos, pero semejante a un rompecabezas de 5000 piezas, procedí a desarmarlo con el manual de instrucciones en mis manos. Giré el aparato para sacudirlo y quitarle la mugre asquerosamente acumulada en los rincones y lavé uno por uno todos los repuestos extraíbles.
Cuando mi marido llegó, casi me mata.
-¿Cómo recalentada? ¿No te diste cuenta de la bolsa?
-¡No!

-A ver, dejame...

Si hay algo que me revienta, es que hagan las mismas cosas que yo hice cinco minutos antes. Como si mi esfuerzo no sirviera y mi incipiente conjuntivitis (por el polvillo inmundo) no alcanzaran, el solucionador de problemas humano, procedió a registrar el interior de la aspiradora.

-Traeme el secador de pelo. (Me dijo) Le doy un poquito de aire para sacar lo que queda de tierra.

Y lo dejé allí, "trabajando", esperanzada de que esa cosa volviera a funcionar algún día. Pero de pronto escuché una especie de explosión que me llevó nuevamente al lavadero. Vi a mi marido con la cara pálida, mirándome horrorizado. Y en voz baja me preguntó:

-¿Más o menos, cuánto cuesta un secador?

CONCLUSIÓN: Estoy contentísima con los resultados. Ahora, cuando quiero secarme el cabello, agarro la aspiradora, la doy vuelta, y con el vientito que sale de la parte posterior, en una patada estoy peinada.


Para mí, el matrimonio siempre fue sagrado. Me casé suponiendo que sería para toda la vida y espero que así sea. Creo en la familia y apuesto todos los días a ella. Y me imagino viejita, al lado de la persona que elegí para compartir este camino. Yo no tengo el culo de Jésica Cirio. Pero, vamos que mi marido tampoco es Brad Pitt. Y para ratificar mi buena voluntad de mantener la pasión, aunque sea descalza y con las medias puestas, aquí va

5)EL BROCHE DE ORO: Hace un tiempito, le planteé a mi marido que para ser felices, además de mucho cariño y mucha tolerancia, teníamos que volver a ser demostrativos. Una caricia afectuosa, un beso en la frente o una palabra de aliento, son buenos remedios caseros para seguir adelante cada día. Pero en el camino, cometí un error imperdonable al indagar demasiado:
-Gordo...¿Me querés?
-¿?
-¿No me vas a contestar?
-¿Qué querés que te conteste?
-Lo que te pregunté.
-¿?
-¿No me vas a contestar?
-Y, si me preguntás boludeces...


18 octubre 2009

¡FELIZ DÍA, MAMÁS!

Cuando tus hijos están fuera de control, podés sentir alivio al acordarte de que ni Dios pudo con sus propios hijos.


Luego de crear Cielo y Tierra, Dios creó a Adán y a Eva.
Y lo primero que les dijo fue:

-¡NO!

-¿No qué? Respondió Adán.

-No se coman la fruta prohibida.

-¿Fruta prohibida? ¿Tenemos una fruta prohibida? ¡Eva, Eva..., tenemos una fruta prohibida!

-¡No puede ser! Dijo Eva.

-Sí puede ser! Dijo Adán.

-¡No se coman la fruta! Dijo Dios.

-¿Por qué?

-Porque yo soy su Padre y así lo digo... (respondió Dios, pensando en por qué no había parado la Creación después de crear a los elefantes.)

Pocos minutos después, Dios vio a sus hijos con la manzana en la boca...
Dios se molestó.

-¿No les dije que no se comieran la fruta?

-¡Oh, oh. Respondió Adán.

-¿Entonces por qué lo hiciste?

-Yo no sé. Dijo Eva.

-¡Ella lo empezó todo! Dijo Adán.

-Yo no fui! ¡Fuiste vos!

Teniendo este problema con sus dos hijos, el castigo de Dios fue que Adán y Eva tuvieran sus propios hijos. Así, este patrón se estableció y nunca ha cambiado.

Si vos, de una manera persistente y amorosa has tratado de dar sabiduría a tus hijos y ellos no la han querido aceptar, no seas dura con vos misma. Si Dios tuvo problemas para criar a sus hijos... ¿Qué te hace pensar que sería una papita pelada para vos?



¡COSAS PARA PONERNOS A PENSAR!

1. Pasás los primeros dos años de sus vidas para enseñarles a caminar y hablar. Luego, pasás los próximos dieciseis años diciéndoles que se sienten y se callen.

2. Los nietos son la recompensa por no haber matado a tus hijos.

3. Las madres de los adolescentes entienden por qué algunos animales se comen a sus hijos.

4. Los hijos a veces te corrigen; de hecho, usualmente repiten palabra por palabra, lo que no les deberías haber dicho.

5. El primer propósito de hacer fiestas a los hijos, es para recordarte que hay hijos peores que los tuyos.


UN CONSEJO EN ESTE DÍA:

Tratá bien a tus hijos; ellos elegirán tu geriátrico en el futuro...


FINALMENTE:

Si estás muy tensa y con dolor de cabeza, hacé lo que dice el prospecto de la aspirina: "Tome dos aspirinas y manténgase fuera del alcance de los niños."



¡¡¡FELIZ DÍA A TODAS LAS MAMIS Y A LAS
QUE DESEAN SERLO PRONTO!!!

12 octubre 2009

12 DE OCTUBRE (R) (bajo licencia de Creative Commons)

De Víctor Heredia para su obra Taki Ongoy



"La historia es un cúmulo de sucesos y acciones cuyos resultados producen una verdad..."

"...Durante mucho tiempo se ha querido ocultar bajo la falacia del legado de una civilización superior la enorme tragedia de los pueblos indígenas, de los pueblos originarios de esta América..."

"...No trato de enjuiciar a nadie, la historia es lo que es, ya no hay forma de modificarla, como así tampoco podremos ignorar la potencia cultural que desde el castellano y el conocimiento científico y literario eurocéntrico nos hizo tal cual somos. ¿Cómo impedir que El Quijote de Cervantes nos enriquezca, que los versos de Hernández, Machado, García Lorca y tantos otros rasguen las cuerdas de nuestro espíritu llenándolo de luz? Sería imposible negar ese torrente cultural que nos llegó de la mano de la España colonizadora. Pero apunto que detrás de ese legado hay otro, quizás mucho más valioso para nuestro sentido de pertenencia, y es el de las culturas precolombinas.
¿Por qué perderlo? ¿Por qué aceptar que sólo son sombras de museo y considerar obsoleto lo que nuestros ancestros sostienen desde sus pueblos diezmados y silenciados desde hace más de 500 años?
No somos sólo aquello que nos dicen; dentro nuestro hay un territorio vacío de sus contenidos fundamentales: la sabiduría de los hombres que poblaron América, sus logros científicos, su extraordinaria arquitectura (símbolo de inteligencia y dedicación), la perfección de sus calendarios, el paciente trabajo de la domesticación del maíz (cuyos beneficios salvaron a toda Europa del hambre), las economías sociales adelantadas a los tiempos modernos y la magnífica estética de sus orfebres, alfareros y tejedores que conmocionaron a todo el planeta cuando fueron exhibidas por los conquistadores. ¿Por qué no agregarlos a nuestra conciencia?..."

"...La riqueza intelectual es, por suerte, producto de la diversidad cultural. Negar una parte, por mínima que fuera, es perder un eslabón sustancial."




Toda mi vida odié la historia. Aquellos enormes y pesados libros de secundaria me provocaban náuseas. Tal vez fue porque nunca me resultó interesante o porque jamás me incentivaron a investigar para poder ampliar esos obsoletos y aburridos contenidos escolares.

Crecí creyendo que el 12 de octubre era un feriado en el cual se festejaba la conquista de América y me alegraba suponer lo afortunados que éramos pues, de no haber sido por la colonización hoy estaríamos inmersos en una civilización indígena sin la tecnología a nuestra disposición.

Cuando empecé a ayudar a mi hijo en sus tareas, debí vencer algunas fobias. Una de ellas fue el libro de Ciencias Sociales.
Un día "nos" tocó estudiar las grandes civilizaciones americanas y descubrí en ellas un camino oculto que me permitió conocer la cultura y la perfección de algunos pueblos que han desaparecido de la faz de la Tierra.

Ellos fueron verdaderos guerreros, pero también grandes precursores de una organización política y social que es utilizada en la actualidad.
Durante años creí que aquellos pueblos eran sólo ignorantes pero con el tiempo comprobé que la única ignorante era yo.
Pude corroborar una vez más que la historia cumple ciclos que por lo general se reiteran. Pero lamentablemente ya nada puede ser cambiado.

Lo único que todavía podemos hacer es conocer, valorar y transmitir "la otra verdad" para que nunca más vuelva a repetirse.

Fabiana

09 octubre 2009

HOMBRES COMPLICADOS...

No sólo las mujeres somos complicadas...

Los hombres buena gente son feos.
Los hombres lindos no son buena gente.
Los hombres lindos y buena gente, son gays.
Los hombres lindos, buena gente y heterosexuales son casados.
Los hombres no tan lindos, pero buena gente, no tienen dinero.
Los hombres no tan lindos, pero buena gente y con dinero, creen que sólo estamos tras su dinero.
Los hombres lindos y sin dinero están tras nuestro dinero.
Los hombres lindos, razonablemente buena gente y heterosexuales, no creen que somos lo suficientemente lindas.
Los hombres que creen que somos lindas, que son razonablemente buena gente y tienen dinero, son unos cobardes.
Los hombres que son razonablemente lindos, razonablemente buena gente, y tienen algo de dinero, son tímidos y nunca toman una iniciativa.
Los hombres que nunca toman la iniciativa, pierden automáticamente el interés cuando nosotras tomamos la iniciativa.


Y ahora ... ¿¿¿ QUIÉN ENTIENDE A LOS HOMBRES ???

Si sos tierna con ellos sos una cursi. Si no, una insensible.
Si no te arreglás sos una descuidada. Si lo hacés, es para loquear con otro.
Si no trabajás sos una simple ama de casa. Si lo hacés (y ganás más que ellos), se enojan.
Si ellos siempre pagan es un abuso. Si lo hacés vos, se sienten menos.
Si te acostás con ellos a la primera salida sos una loca rapidita. Si no, histeriqueás.
Si ellos ascienden de puesto es por sus capacidades. Si lo hacés vos, es porque te acostaste con tu jefe.
Si ellos ven a otras es su naturaleza. Si vos ves a otros, sos infiel.
Si salís con un tipo sin dinero sos una imbécil. Si salís con un millonario, sos una interesada.
Si a los 30 ellos no se casan son solteros codiciados. Si vos a los 30 no te casaste, ya se te fue el tren.
Si estás de mal humor sos una neurótica. Si ellos lo están, pobrecitos, no los comprendés.
Si sos fea no te dan bola. Si sos linda e inteligente, te tienen miedo.
Si tienen una amante es porque en su casa no tienen lo que necesitan. Si lo tenés vos, ¡Qué puta!
Si ellos andan con una más joven... ¡Bravo, Bravo, Bravo! Si vos lo hacés, es que necesitás que te hagan el favor.
Si están intolerables comprendelos, tuvieron un mal día. Si vos estás intolerable, es que estás en tus días.
Si no los cuidás, los mimás, les tenés su comidita, su ropa y la casa impecable sos una inútil. Si cumplís con todo, ¡¡¡TE DEJAN POR OTRA!!!

05 octubre 2009

CARTA A MI HIJO (R) (bajo licencia de Creative Commons)

Esta carta, fue escrita en Agosto de 2001, cuando mi hijo tenía 5 años y estaba a punto de terminar preescolar. Sin dudas, fue el mejor regalo que pude hacerle. Hoy, casi 7 años después (y a un paso de entrar en la escuela secundaria), sigue conservando su esencia, y estoy orgullosa de él. Y aunque les parezca mentira, después de tanto tiempo, volvería a escribir exactamente las mismas palabras.



Querido Hijo:

Te veo tan chiquito, tan inocente, tan indefenso, que quisiera detener el tiempo para que puedas disfrutar de esta niñez tan hermosa que estás construyendo. Pero al mismo tiempo, trato de imaginarme cómo serás dentro de quince o veinte años.

Me pregunto qué cosas te habré enseñado mal o cuáles habré ignorado explicarte.

Desde siempre, los padres queremos que nuestros hijos sean perfectos, que no cometan nuestros errores y que sean felices. Y creo que es la utopía más grande que puede existir. Porque a medida que los hijos crecen, dejan de ser “hijos” para convertirse nada más que en personas. Seres humanos con sus virtudes y defectos. Seres independientes que, generalmente están muy lejos de ser lo que imaginamos y deseamos cuando son pequeños.

Me pregunto qué mundo te dejaremos para que seas un adulto feliz.

A medida que vas creciendo, me aparecen más dudas y más temores. Sé que me equivoco permanentemente; sé que te doy dobles mensajes, y sé también que todos mis errores van a tener un precio.

Con el tiempo, voy a darme cuenta si estoy haciendo bien mi trabajo. Si es así, serás buena gente, si no lo es, habré fracasado en esta tarea.

¿Sabés? No existe ninguna escuela donde puedan enseñarme a ser “mamá”. Por eso, en este camino vamos a ir creciendo juntos.

Una vez me dijeron que a los hijos hay que llevarlos siempre de la mano. No soltarlos antes de tiempo para que no caminen solos, y no hacerlo demasiado tarde, para dejarlos crecer. Pero aún, no sé de qué manera lograrlo. Quiero que te sientas contenido pero no consentido. Quiero que crezcas con libertad, aunque al mismo tiempo desconozco cuál será el momento para soltar tu mano y dejarte andar.

No quiero sobreprotegerte ni ahogarte, pero sé que inconscientemente lo hago. Con el afán de cuidar de mi “chiquito”, muchas veces tomo el camino equivocado.

Quizás hoy no entiendas estas palabras; quizás cuando seas adolescente, sí las entiendas pero no les des importancia. Sólo cuando seas grande, podrás comprender por qué los papás nos preocupamos tanto por nuestros hijos.

No intentes conseguir todas las respuestas a tus preguntas. La mayoría de las veces, no vas a hallar una lógica entre “lo que debe ser” y “lo que es”.

Cuando crezcas, te vas a encontrar con un mundo muy distinto del que soñaste. Para no decepcionarte, tendrás que estar preparado y esa es mi misión. Yo voy a darte todas las herramientas necesarias para que puedas construir “tu mundo”, pero vos tendrás que poner toda tu inteligencia para saber cómo lograrlo.
No sufras por no tener lo que no necesitás, pero esforzate por hacer realidad tus proyectos.

Tratá de emprender tu vida con dignidad y que todo lo que intentes sea digno. Habrá muchas cosas que nunca podrás concretar, pero si estás convencido, luchá por conseguirlas. Siempre es mejor intentarlo que quedarse de brazos cruzados.

No trates de andar por el camino más fácil; generalmente no da buenos resultados. “La vida” es un camino en sí mismo y hay que transitarlo despacio y con cuidado.

No vivas pensando en tus “ideales”. Los ideales no existen. Cuando puedas bajar a la tierra, pensá por un momento en tus ganas de hacer cosas, pero cosas que se puedan hacer realidad.

Sé buena persona. Aunque la idea es muy amplia, no es tan difícil como parece. El mundo está lleno de maldad, y más de una vez querrás tirar por la borda todas tus buenas intenciones. Pero por suerte, quienes tenemos incorporados los valores a nuestra vida, rara vez los abandonemos. Los valores “son” parte de nuestra vida y nos permiten mirar a los demás a los ojos y dormir con la conciencia tranquila.

No discrimines. Quienes discriminan, son sólo ignorantes y finalmente terminan siendo discriminados. No te burles del diferente. Seguramente, encontrarás en él virtudes y aptitudes que vos no tengas. No haga a los demás, aquellas cosas que no te gustaría que te hicieran.

No seas necio. Cuando reclames por tus derechos, cerciorate siempre primero de tener la razón en lo que vas a reclamar. Si es así, no te sientas vencido y luchá hasta las últimas consecuencias.

Sé tolerante. Cuando no coincidas con la opinión de los otros, no veas en el prójimo a un enemigo. Aceptá oír todas las propuestas; pues lo importante no es que todos piensen igual que vos, sino que cada uno tenga libertad para expresar lo que piensa. Al fin y al cabo, somos individuos únicos y eso nos enriquece.

Estudiá, más allá de pensar en tu futuro. Nunca dejes de hacerlo. Estudiar también enriquece y te permitirá abrir tu mente para ver las cosas con otro criterio.

Aprendé a exteriorizar todo lo que te ocurra. Es una de las mejores recetas para ser feliz. No sólo es importante sentir, también lo es demostrar.

No seas egoísta. Aprendé a compartir. Pero antes de hacerlo, poné a prueba tu inteligencia y mirá bien quiénes te rodean.

Sé siempre optimista. Aunque las cosas se te compliquen, tratá de pensar que mañana saldrá todo mejor. El pesimista nunca encuentra la forma de salir de un problema, mientras que los optimistas casi siempre consiguen abrir las puertas que se les cierran.

Recordá siempre, que uno empieza a envejecer cuando deja de tener proyectos. El paso del tiempo no se puede frenar, pero envejecerás más rápido sin el estímulo de saber que siempre hay algo nuevo para resolver. Despertarse por la mañana, no siempre significa “vivir”, puede también implicar que ya no tenemos más ganas de dormir.

Cuidá tu cuerpo. Cuando me preocupo por tu salud, deseo también conseguir que vos lo hagas. Un cuerpo sano, es un buen motor para conseguir todo lo que queramos.

Quiero que conozcas un párrafo de una carta que una mamá escribió alguna vez para su hijita de un año. El libro se llama “Cuentos para Verónica” y su autora, Poldy Bird.
Las últimas palabras dicen así:

“Y, al fin, no quiero engañarte, decirte que te dejo en un mundo de rosas, ruiseñores y todas cosas bellas... Pero tú puedes hacer que tu corazón las invente y cuando lo lastime una espina, sepa que detrás de la espina está el maravilloso milagro de una flor”.


Leé esta carta siempre que puedas, siempre que tengas ganas, cuando estés triste y cuando te sientas feliz. Acercate a mí siempre que me necesites. No tengas miedo de contarme tus cosas, de preguntarme, de saber. Nunca te quedes con dudas. Yo voy a darte todo lo que esté a mi alcance y más también.

Nunca dejes de recordar, que este largo camino lo transitaremos juntos, de la mano, como te dije antes. Seguramente, cuando vos me des la señal, podré soltarte, pues estarás preparado para enfrentar la aventura de vivir como un verdadero protagonista y no como espectador.

Y por último, nunca pierdas tu pureza ni tu hermosa sonrisa, pero más que eso, nunca, pero nunca te olvides de ser feliz.

Te amo.
Mamá


01 octubre 2009

CRÍTICA A LA ARGENTINA (POR UN PERIODISTA)

Los medios de protección que la Constitución nos proporciona, son
la libertad, los privilegios y recompensas
conciliables con la libertad

Los argentinos hemos sido ociosos por derecho y
holgazanes legalmente.
Se nos alentó a consumir sin producir.

Nuestras ciudades capitales son escuelas de vagancia,
de quienes se desparraman por el resto del territorio después de haberse educado entre las fiestas, la jarana y la disipación.

En realidad nuestro pueblo argentino se muere de hambre de instrucción,
de sed de saber, de pobreza de conocimientos prácticos y de
ignorancia en el arte de hacer bien las cosas.

Sobre todo se muere de pereza, es decir de abundancia.
Quieren pan sin trabajo, viven del maná del Estado y eso les mantiene desnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición.

El origen de la riqueza es el trabajo y el capital,
¿Qué duda cabe de que la ociosidad es el manantial de la miseria?

La ociosidad es el gran enemigo del pueblo en las provincias argentinas.
Es preciso marcarla de infamia: ella engendra la miseria y el atraso mental
de los cuales surgen los tiranos y la guerra civil que serían imposibles
en medio del progreso y la mejora del pueblo.



Estas frases provienen de un periodista muy reconocido. No, no está hablando del actual gobierno, ni del anterior.

Tampoco está criticando a la Argentina como nosotros la vemos hoy...

El responsable de tan duras frases contra nosotros mismos no es otro que JUAN BAUTISTA ALBERDI.


EXTRAÍDO DE: "SISTEMA ECONÓMICO Y RENTÍSTICO

DE LA CONFEDERACIÓN ARGENTINA"


Marzo de 1855



¿Quién se atrevería a criticarlo?

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