RELATOS COTIDIANOS: noviembre 2009

28 noviembre 2009

CHISTES DE JUDÍOS (CON TODO RESPETO)

Un padre judío, con la mejor de las intenciones, había enviado a su hijo al colegio más caro de la colectividad.
Pese a sus intentos, Samuel no daba pie con bola. Sus espantosas calificaciones se repetían mes a mes, hasta que el padre se cansó:
-Samuel, escuchame bien lo que te voy a decir. Si el próximo trimestre tus calificaciones no mejoran, te voy a mandar a estudiar a un colegio católico.
Al mes siguiente, las notas de Samuel fueron una tragedia sólo comparable con el hundimiento del Titanic, por lo que el padre llevó a cabo su promesa. Logró conectarse con un Obispo que inmediatamente le recomendó un excelente colegio franciscano.
Samuel fue mejorando sustancialmente sus notas y comportamiento al punto de quedar en el cuadro de honor.
-¿Samuel, qué te pasó que te ha ido fantásticamente? ¿Cómo ha sucedido este milagro?
-No se, papá. Me presentaron a todos los compañeros y profesores y luego fuimos a la Iglesia. Cuando entré vi a un hombre crucificado con clavos en las manos y los pies y con cara de haber sufrido mucho. Entonces pregunté:
-¿Quién es Él? Y un alumno de los cursos superiores me respondió:
-Él era un judío igual que vos...
Entonces pensé... ¡Carajo, acá hay que estudiar! ¡Acá no se jode!


Va Samuel, al Banco Israelita y se acerca al cajero.
-Buenos días Samuel. (Lo saluda el cajero atentamente).
-Buenos días. Vengo a sacar un crédito de 1 dólar.
-¿Un dólar ? Pero Samuel, le retiro esa cifra de cualquiera de sus cuentas o inversiones y solucionado el problema.
-No, yo quiero un dólar de crédito a pagar en un mes. Si no da crédito, Samuel retira inversión, retira dinero, retira joyas, retira todo.

-¡Pero no Samuel, no es para tanto! Si usted quiere el crédito se lo damos (y le acerca los papeles para que los firme).
-¿Cuánto es interés?
-3% mensual.
-Está bien, pero quiero dejar en garantía de pago mi BMW.
-No Samuel, no es necesario, con sus cuentas es más que suficiente.
-Si no deja mi BMW de garantía, retira inversión, retira dinero, retira joyas, retira todo.
-Esta bien Samuel, puede dejar su BMW en garantía en la bóveda del Banco hasta dentro de 30 días.
-¡Perfecto!
Vuelve Samuel a su casa y le dice a su esposa:
-Ruthie, Ruthie, ya podemos tener vacaciones tranquilos, conseguí estacionamiento por $1,03 el mes completo.



Un judío está agonizando y le dice jadeante a su único hijo:
-Isaac, como estoy próximo a morir, quiero que sepas que las siete casas, los tres edificios, los treinta taxis, la fábrica de telas, las dos fincas, las ocho tiendas, las joyas, los títulos, los valores, las esculturas...

-Sí, Papi.... ¿Me los dejás?
-Te los vendo baratos... Baratos...



Están dos judíos perdidos en medio del mar en un bote de remos. Llevan una semana sin probar bocado ni tomar agua, cuando de pronto ven una lancha de rescate de la Cruz Roja. Los judíos la ven y comienzan a remar desesperados, pero en sentido contrario. La lancha acelera pero los judíos reman cada vez más rápido.
Finalmente, la lancha termina por alcanzarlos y los médicos de la Cruz Roja les preguntan:

-¿Qué les pasa? ¿Por qué huyen?
-Ya colaboramos, ya colaboramos.


Dios les preguntó a los Romanos:
-Ustedes quieren un Mandamiento?
-¿Cuál sería el Mandamiento, Señor?
-¡No matarás!
-No, gracias. Eso interrumpiría nuestras continuas conquistas.
Entonces Dios les preguntó a los Egipcios:
-¿Ustedes quieren un Mandamiento?
-¿Cuál sería el Mandamiento, Señor?
-¡No cometerás adulterio!
-No, gracias. Eso arruinaría nuestros fines de semana.
Dios entonces les preguntó a los Sirios:
-¿Ustedes quieren un Mandamiento?
-¿Cuál sería el Mandamiento, Señor?
-¡No robarás!
-No, gracias. Eso arruinaría nuestra economía.
Y así Dios fue preguntando a todos los pueblos hasta llegar a los Judíos:


-¿Ustedes quieren un Mandamiento?

-¿Cuánto costaría?

-Es gratis.

-¡Entonces mándanos diez!






25 noviembre 2009

PREMIO CANDOROSO

Hace más de un año que la sigo post a post. La descubrí de casualidad (como me pasó con la mayoría de Ustedes) y no me despegué más. 
Sus entradas siempre se refieren a historias simples, pero tiene una característica muy particular:
su manera de relatar es única y en su blog se repira todo el candor que genera.
Como resultado, leerla día a día resulta maravilloso. 

Estoy hablando de La Candorosa quien, con motivo de festejar el 3º cumple de su blog,
anda homenajeando a sus lectores. Esta vez me tocó a mí y les transcribo lo que dijo:


Fabiana de “Relatos Cotidianos”: por presentarnos en cada post un relato delicioso, en el que despliega sus puntos de vista, su humor y una realidad tan afín para todos los que la visitamos. Por hacernos sentir cómodos en cada entrada, por su sensibilidad y porque es un premio contar con su visita; querida amiga ¡¡reciba este presente!!
Y claro que lo recibo mi querida Cando. Y con todo orgullo.


21 noviembre 2009

BENDITOS CELULARES (R) bajo licencia de Creative Commons

A lo largo de estos últimos 4 años utilicé buena parte de mi energía en mantener una postura coherente.

Él, desde sus 8 añitos, esporádicamente insistió con el mismo tema tratando de conseguir salirse con la suya ablandando mi corazón. Pero mi respuesta, fue siempre un rotundo NO.

Mi hijito siempre supo bien a quién recurrir en casa. Si bien soy de poner límites, en ocasiones me vuelvo algo permisiva (sobre todo cuando de comprar se trata). En cambio, mi marido parece de la época de las cavernas. Pero en este punto nos pusimos de acuerdo.

El consumo compulsivo de teléfonos celulares es, desde hace mucho tiempo por lo menos preocupante. Por esta razón, consideraba un despropósito que una criatura de 8 años fuera feliz por el sólo hecho de llevar consigo uno de estos aparatitos ya que siempre se movilizaba con el padre o conmigo.

Y aunque me costó creerlo, desde hace 3 años, en el colegio mi hijo era uno de los pocos chicos que se encontraba "incomunicado" por culpa de sus avaros progenitores. Pero honestamente, poco me importó.

Inclusive para conmigo, tuve algunos prejuicios. El día que decidí comprarme un teléfono para mí, sentí que había pasado a formar parte de esa legión de seres humanos idiotizados por el efecto hipnótico que producen estos artefactos modernos.

En la calle, en el colectivo, en el trabajo o la escuela, todos pero todos "jugamos" con él. Y comenzamos a entrar en las estadísticas que indican que solemos mandar estúpidos mensajes de texto, que realizamos llamadas absolutamente innecesarias, y que tenemos una ligera sensación de desencanto cuando nadie nos llama a lo largo del día. Pero peor que eso, cuando lo olvidamos en casa, nos desesperamos como si hubiéramos salido a la calle sin calzones.

El furor de los grandes, se contagió a los chicos. Los celulares funcionan de maravillas, pero es poco frecuente ver en la calle aparatitos de más de un año de uso.

Esa compulsión por renovarlos como si fueran un par de medias, produjo en los niños el horrible sentimiento de hacerles creer a sus pares que si no tienen uno "no existen" porque quedan afuera del círculo vicioso del consumismo. Ellos conocen hasta el último modelo del mercado como si fuera de su propiedad.

Lo difícil, a partir de ese pensamiento nocivo, fue equilibrar los tantos y pelear con mi conciencia.

¿Cómo hacerle entender a un chico que el mundo no empieza ni termina con esa porquería (ni con ninguna otra cosa material), si así ha quedado establecido desde hace mucho tiempo?

¿Cómo mantener una postura firme para con él, mostrándole cuáles son las cosas que no tienen demasiada importancia y a la vez intentando no dejarlo afuera de lo que la sociedad impone?

Difícil tarea nos toca desde nuestro lugar de padres hoy. Y el teléfono es sólo un ejemplo de "necesidades básicas insatisfechas" para los mocosos del siglo XXI. Cualquier chiquitín es capaz de elegir la marca de sus zapatillas, su consola de videojuegos y su PC (más personal que nunca).

Por un momento, me puse a pensar en el "NO" que los padres solemos emitir casi cotidianamente y trato de imaginar cuántas sensaciones diferentes circularán por esas cabecitas cuya única cultura adquirida es "QUIERO ESTO".

Cuánta sensación de fracaso pasará por allí, sin que nosotros siquiera lo notemos.

Lo cierto, es que hace algún tiempo, le propuse a mi hijo, darle un celu que tenía guardado en casa, con poco uso y muy buena señal, si su intención, era tener uno para hablar cuando le diera la gana. ¿Y a qué no saben qué me contestó?

-Yo no quiero uno como el tuyo. Quiero como los que usan en la escuela, con cámara de fotos y mp3.
-Ahá...

Me pregunté entonces cómo explicarle al "enano maldito" que mi Nokia 1100 andaba como los dioses, si lo primero que intentaba mirar en un teléfono, era el precio?

Él, concluyó diciéndome que los chicos lo utilizaban para sacarse fotos y mandarse mensajitos de texto durante los recreos.

¡Tamaña inutilidad, por Dios!

Pasaron un par de años de aquella propuesta mía. Yo sigo con mi Nokia 1100 a cuestas, pero el pequeñín de la familia está empezando a dar sus primeros pasos "solo" por la vida y me aterra desconocer el lugar donde se encuentra. No vive vagando por la calle, pero sale frecuentemente con sus amigos. Va y viene.

No hace falta que les aclare que la Argentina desde hace algunos años, se convirtió en un país un tanto inseguro.

Y aunque no soy adicta a la tecnología, hoy, el teléfono celular se asemeja bastante a un chupete para los adultos a cargo de hijos en edad de salir.

Tranquiliza saber que con una simple tecla, uno puede ubicarlos dondequiera que estén.

Y esta es la razón, por la cual y a pesar de mis reiteradas negativas y de despotricar contra una sociedad enferma por "tener", conjuntamente con mi marido, hemos decidido regalarle a nuestro amado angelito, el tan preciado teléfono celular.

Ahora, además de intentar comprender a toda una sociedad estupidizada por competir con el prójimo, estoy a punto de comenzar mi terapia con un reconocido analista. Primero será individual. Luego, familiar.

*Este post fue publicado en agosto de 2008


*Actualizado el 22 de noviembre de 2009
Para responder la duda de Gamar, les cuento que hoy nuestro hogar es un ejemplo de las estadísticas (no las del INDEC). Se dice que hay en nuestro país 40 millones de teléfonos celulares. Pues bien, en casa contamos con el teléfono de línea y un celu cada uno de los integrantes de nuestra familia...

18 noviembre 2009

EL ASADO

¿QUÉ ES UN ASADO? (Escrito por una mujer).


El asado es la única comida que el hombre cocina. Cuando el hombre se propone hacerlo, la cadena de acontecimientos es más o menos la siguiente:

1. La mujer, va al supermercado a comprar todo lo que es necesario.
2. La mujer prepara la ensalada, las papas con mayonesa y el postre.
3. La mujer, prepara la carne, la pone en una fuente con los utensilios necesarios; mientras que el hombre está sentado junto a la parrilla, tomándose un vino.
4. El hombre pone la carne en la parrilla.
5. La mujer vuelve adentro, a poner la mesa y a preparar la ensalada.
6. La mujer le dice al marido, que la carne se está quemando.
7. El hombre saca la carne de la parrilla.
8. La mujer pone los platos en la mesa.
9. Después de comer, la mujer trae el postre, levanta la mesa y luego lava los platos.
10. El hombre le pregunta a la mujer, si está contenta de no haber tenido que cocinar ese día, y percibiendo la cara de orto de la mujer, concluye, que no hay poronga que les venga bien.


DERECHO DE RÉPLICA (Escrito por un hombre).

1. Ningún hombre en su sano juicio, va a mandar a su mujer a comprar las cosas para el asado: ella no va a traer cerveza y traerá, alas de pollo y tres kilos de puchero que el carnicero le dijo que salía muy rico a la parrilla, ya que no consiguió enchufárselo a ninguna pelotuda.
2. ¿Ensalada, papas con mayonesa y postre? Ella prepara estas huevadas, para que coman las demás mujeres. Los hombres, comemos carne y nada más.
3. ¿Preparar la carne? A la carne sólo se le pone sal al momento de ponerla en la parrilla...
4. ¿Bandeja con utensilios? Eso es para maricones, el hombre macho se las arregla con un palito quemado, un chuchillo y las manos.
5. ¿Que sólo se pone la carne en la parrilla?... Y quién hizo el fuego, separó las brasas, las acomodó, dio vuelta la carne, disciplinó los chinchulines y pinchó los chorizos?
6. ¿Otra vez preparar la ensalada? Ya dijimos que esas pelotudeces, las comen las mujeres.
7. ¿Que la carne se está quemando? El hombre sólo deja pasar la carne, porque la mujer  vive quejándose de que "está muy jugosa", que "esto está muy crudo",o que "la deje en la parrilla dos minutos más", después de que les ofrecimos el mismo pedazo diez veces, y una hora después de que estaba a punto.
Es decir que ellas, acaban comiendo la carne en forma de carbón, tan tierna y suculenta, como una suela que lleva cinco años al sol del desierto del Sahara. Menos mal que somos los hombres, los que sacamos la carne de la parrilla, si fuera por ellas viviríamos comiendo pedazos de carbón.
8. ¿Platos? Sólo si son para ellas; el hombre come directamente de la tabla o en el pan.
9. ¿Postre?... ¿Lavar los platos?... Yo usé los dedos, y me los limpié en el pantalón!!!
10. Realmente, es al pedo, nunca van a entender lo que es un asado.



15 noviembre 2009

A MI HERMANA (R) bajo licencia de Creative Commons

Nacimos en la década del ´60. Ella al comienzo y yo casi al final. Pertenecemos a la misma generación, aunque somos como el día y la noche.
La diferencia de edad es ahora insignificante. Sin embargo, casi no tuvimos oportunidad de compartir modas ni disfrutar de las mismas cosas.

Cuando ella era ya adolescente y salía con sus amigos, yo todavía era una criatura que iba y venía con mamá y papá.

Ella era fanática de "Música en Libertad", al tiempo que yo me deleitaba viendo "Los tres chiflados".
Gracias a ella tarareé canciones de "Almendra" y "Sui Generis", aunque mi propia adolescencia la pasé escuchando a "Serú Girán".

Ella, desde que recuerdo, fue sumamente independiente y capaz de tomar decisiones aunque supiera a ciencia cierta, que cada paso que diera con total seguridad, traería problemas en casa.
Yo, una nena mimada incapaz de decidir siquiera los zapatos que me pondría para ir al colegio.

Ella siempre fue muy reservada con sus cosas. A mí, me llamaban "estómago resfriado". No podía guardar un secreto y era absolutamente transparente con mis sentimientos.

Fuimos creciendo y nos unió una coincidencia: la estatura. Ninguna de las dos pasó el metro cincuenta. Aunque ella era flaquita y con visibles curvas mientras yo era una pelotita que a los 14 comenzó una dieta estricta esperando "cambiar" su complejo metabolismo.

Ella fue una estudiante brillante, en cambio yo me encerraba en mi cuarto a escuchar música, "engañando" a mis viejos que inocentemente me creían trabajando para el colegio.

Ella adora la matemática. Yo prefiero el castellano.

A ella, siempre le gustaron los chicos. Yo, adoro los perros.

Nunca fuimos amigas. Los años que nos separan lo impidieron. Solamente cuando las dos nos convertimos en mujeres adultas, pudimos acercarnos un poco más.

Ella, me dio un sobrino cuando cumplí los 19. Y en total tiene tres hijos, hoy adultos.
Yo pude hacerla "tía" a sus 36, pero para ese entonces ella y su familia ya estaban instalados a unos miles de kilómetros de Buenos Aires.

Nuestra relación vía mail es frecuente. Pero muy distante de esa relación de hermanas que podríamos haber entablado cuando por fin comenzábamos a compartir experiencias comunes como la de haber formado paralelamente nuestras propias familias.

No pudo ser. Pero no me quejo. Sí lo lamento. Lo lamento por no haber tenido la posibilidad de ser compinches. Lo siento por no haber tenido tiempo de ser "cómplice" de ella. Me da pena no haber podido estar a su lado cuando necesitaba de su familia.


Ayer recibí un mail. Me contó que estuvo leyendo "Relatos Cotidianos" desde su comienzo hasta el último post. Me dijo también que pasó por distintas sensaciones. Sonrió, lloró, puteó y sintió nostalgia. Se sinceró diciéndome que ya no soy más "su hermanita" y que con un poco de envidia, notó que hay cosas que tengo mucho más claras que ella.

Es cierto, ya no soy su hermanita insegura. Ya no soy la hermanita que esperaba un signo de aprobación en los rostros adultos para dar un paso. Y no es que mi vida sea un camino de rosas. Aún me cuesta saber hacia dónde quiero ir. Pero tengo muy claro qué cosas no quiero hacer.

A pesar de todo, sigo siendo su hermana. Y ella sigue siendo la mía.
Y estamos ahí, presentes más allá de la distancia. Y estamos presentes aunque no nos veamos. Y estamos presentes aunque no nos comuniquemos por teléfono.

Eso es lo que importa. Estar. Sonreír o moquear cuando hablamos de la otra. Recordar quiénes fuimos para saber quiénes somos.

¡GRACIAS HERMANA!
Con eso me alcanza.

¡Y QUE TENGAS UN HERMOSO CUMPLEAÑOS GABY!

hermanos relatos+hermanos relatos+cortos

11 noviembre 2009

BLOG V.I.P.




Debo reconocer que si de mimos se trata,
Ivana va a la cabeza.
En este caso me pasó este premio que traduzco
tal cual ella lo recibió.




"Very Important Person -VIP-: Persona muy importante... Si lo trasladamos a los blogs, podemos decir tal vez... Esas personas que escriben datos importantes o son importantes en nuestra vida blogueril.
¿Has sentido eso de extrañar, cuando alguien de golpe deja de escribir?
Bien, yo también."

Así que la consigna es pasarles este Mimo a aquellos que extrañaríamos si dejaran de escribir en sus blogs.
Creo que es una lista bastante generosa, y refleja claramente el cariño que siento por Ustedes y sus blogs. Seguramente me olvidé de alguno, será para la próxima.
Aquí van, estos son:
 

A todos ustedes por entretenerme y aportar a mi vida mi pequeño
espacio de lectura diaria.
Y a Nahuelín, a quien conocí hace muy poquito y se despachó
con toda su simpatía y transparencia.

¡Que lo disfruten!


07 noviembre 2009

DEPORTES EN EL RECUERDO... (bajo licencia de Creative Commons)

 Más de una vez comenté de mi intención de acercar a mi hijo a una vida sana en la cual la actividad deportiva fuera preponderante.

Con el correr de los años he visto cómo fue tomando conciencia de que los deportes y los malos hábitos no recorren caminos paralelos. Y a mí me llena de orgullo aunque su amor incondicional por el fútbol  me obligue a convivir diariamente con todas sus versiones (las televisadas; las que convierte en juegos cotidianos dentro de casa con una pelota de tenis; las virtuales y lógicamente las reales).

Y  de las que ha convertido en  realidad voy  a explayarme hoy:

El próximo mes, "M", termina su recorrida por la categoría Infantiles de fútbol. Después de 8 años de haber descubierto su verdadera pasión, este año se despide de su participación cotidiana. Pero este mismo año comenzó a transitar esporádicamente un torneo de lo que él considera "el sueño de su vida": jugar en cancha de 11.

Así presentado el tema su semana se llenó de actividad física:

- Martes al mediodía: fútbol en la escuela.
- Martes por la tarde: entrenamiento para Infantiles.
- Jueves al mediodía: fútbol en la escuela.
- Jueves por la tarde: entrenamiento para Infantiles.
- Sábado por la tarde: torneo de Infantiles.
- Domingo por la mañana: torneo en cancha de 11.
- Domingo por la tarde: picadito con amigos en la canchita del barrio.

Yo vivo mareada con los días y horarios, pero él ha notado un pequeño bache los lunes, miércoles y viernes.
No se preocupen. Esos días entrena en casa con la pelota de tenis...

Pero como no le alcanza con lo que hace, el viernes fue invitado a jugar en la categoría Juveniles en reemplazo de otros chicos. ¿Qué creen que respondió?

Allí estuvo. Casi metió un gol y casi volvió quebrado jugando entre chicos más grandes aunque a él poco le importe.

Mi marido siente que su tarea está cumplida. Él también es amante de los deportes aunque en su último partido de pool haya sufrido una distensión de ligamentos de su rodilla. Y yo considero haber tocado el cielo con las manos. Aunque nunca me gustó agotarme haciendo alguna actividad física y me enrede los pies intentando caminar...


03 noviembre 2009

MUNDO BLOGUERO (R) (bajo licencia de Creative Commons)

En algún momento iba a tener que confesarlo...

Hace poco más de 4 meses, tuve la osadía de crear "Relatos cotidianos" sin saber qué cuernos era un blog. Todo, pero absolutamente todo lo que Ustedes vean acá, está hecho con sangre, sudor y lágrimas. Tuve que aprender un nuevo vocabulario para poder andar por este camino. Cada día descubro algo nuevo y cada descubrimiento me llena de felicidad como si fuera una criatura.
Yo fui una de las tantas prejuiciosas que consideraba que los blogs eran una basura y que la gente que se mueve en la red era poco confiable. Sin embargo, poco a poco fui formando parte de aquello que tanto critiqué. Y me encontré con un mundo fantástico, rico en todos los aspectos y mucho más interesante que lo que mucha gente cree.

Podría compararlo con la "magia" de la radio. Uno puede imaginar sin estar viendo al otro. Detrás de la PC somos todos exactamente iguales.
Me cruzo con gente hermosa, respetuosa y sincera que no hace otra cosa que tirar buena onda y desearme suerte. Y lo agradezco constantemente.
Este mundo bloguero al que hoy pertenezco es muy generoso; por la calidez humana y por la hermandad sin fronteras; pero también por la calidad de los blogs.
Estoy fascinada con el humor ácido que tanto me gusta, aunque disfruto del pensamiento crítico porque es un sinónimo de libertad.
He leído algunos que coinciden con mi forma de pensar y otros que no tanto. Pero si están hechos con respeto son igualmente bienvenidos a mi vida.
Hace poco, un señor mediático tuvo la brillante idea de expresar que hoy cualquier boludo tiene un blog. Y quizás tenga razón. Es posible que todos los que escribimos y nos comunicamos por este medio seamos un poco boludos. Pero... ¿Saben qué? Este medio, nos abrió puertas que otros medios masivos de comunicación reservan para gente menos boluda que dice cosas inteligentes como él.


Tengo que confesarles algo más. Mi querido blog nació como consecuencia de un intento fallido. En 2007, escribí un libro seguramente insignificante para algunos, pero para mí "mi libro". Creo que jamás escribí algo con tanto amor. Se trata de mi maternidad (contada con humor como es mi costumbre). Pero no de aquella maternidad perfecta que nos cuentan las novelas, sino la real. La de la felicidad pero también la de la tristeza por perder espacios propios. La de mi visión objetiva y hasta cómica por ser madre de un solo hijo y por ser tan obsesiva. Es pasatista, es verdad. Pero a mí me encantó. Y a una veintena que lo leyó, también.
No tuve suerte con las editoriales. Les reitero que los medios de comunicación están abiertos a gente medianamente inteligente. No es mi caso.

Ni loca iba a resignarme. Me gusta escribir. Me gusta compartir información y me gusta tener mi lugar. Por eso, sigo invitándolos a compartirlo conmigo cada vez que quieran.
Somos muchos. Por suerte.

Junio de 2008


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