RELATOS COTIDIANOS: A POLDY BIRD (bajo licencia de Creative Commons)

01 noviembre 2008

A POLDY BIRD (bajo licencia de Creative Commons)

La noticia me dejó helada.

Verónica, la Verónica de sus cuentos, la Verónica en quien se inspiró desde su nacimiento acababa de morir.

Tenía 39 años, los mismos que "Cuentos para Verónica", el libro que hizo famosa a su madre Poldy Bird.

¿Quién no lo ha leído? ¿Quién no escuchó aunque fuera como al pasar sobre esos cuentos que enternecieron a unas cuantas generaciones de mamás?

Me pregunté por qué me había golpeado tanto...
Será porque desde que tengo uso de razón, ese libro, hoy amarillo por el paso del tiempo, me acompañó desde una biblioteca. Durante 24 años en mi casa de soltera y hasta el día de hoy en mi propio hogar.
En ese ejemplar que leí infinitas veces y que tantas otras me hizo llorar, he visto reflejado a mi propio hijo.
Tanto me aferré a él que, sin dudarlo tomé un fragmento de uno de sus cuentos para cerrar la carta que le escribí cuando tenía 5 años.

Quise ampliar la información sobre la muerte de Verónica, pero sólo conseguí algunas palabras que me golpearon tanto como la noticia misma:
"La única hija de Poldy Bird, de 39 años, falleció el fin de semana a causa de un infarto masivo, igual que su padre hace añares".

Inmediatamente traté de hurgar en mi cabeza, intenté imaginarme la situación y con la mente en blanco pensé ¿Qué quedará después de la muerte de un hijo?

No importa la edad.
Un hijo es hijo hasta nuestro último aliento. Nos pertenece. Aunque tratemos de creer que son "hijos de la vida", son nuestros para siempre.

Dudo que alguien pueda describir el vacío que queda al sufrir semejante martirio. Es más, nada debe quedar entonces.

Mi ejemplar duerme en un estante. En un rato seguramente iré a buscarlo.
Hoy es un día propicio para hojearlo y quizás mañana comience una vez más a leerlo, a emocionarme y a moquear como hace tantos años. Pero esta vez, con la ausencia de su protagonista.











11 comentarios:

Anónimo dijo...

No debe existir sobre la tierra un dolor comparable con la muerte de un hijo...

Saludos!!!

Anónimo dijo...

La carta que escribiste a tu hijo es conmovedora.
De sólo pensar que una madre pierde a su hijo, me genera muchísima tristeza, así que imagino el gran dolor de quienes lo padecen.
Poldy Bird…¡claro que la recuerdo! Y es una pena su pérdida, no lo sabía.

Fabiana dijo...

Cando: Es antinatural. Nadie está preparado para ese dolor.

Marce: Gracias por tus palabras. Y creo que no hay consuelo ni un "después".

Besos a las dos.

Siluz dijo...

Si grande es el amor que tiene una madre por su hijo, así debe ser la angustia que se siente al perderlo. No sabía de la muerte de Verónica. La conocimos, como a Paula, a través de las letras de su madre. ¡Cuánto dolor en sus pérdidas!

Fabiana dijo...

Estoy de acuerdo con vos Siluz. Y honestamente no tengo más palabras para seguir hablando del tema.
Creo que está todo dicho. Un beso.

no tan iguales dijo...

Me impresionó mucho, porque tenía más o menos nuestra edad y, al menos en mi caso, era un clásico regalo de mi mamá.

Una belleza tu carta, me identificó plenamente.

Cariños

Fabiana dijo...

No tan iguales: efectivamente tenía nuestra edad.
Es una pena.
Gracias por tus palabras.

Susana dijo...

Cuando leí tu post me dio un escalofrío en el cuerpo. Es que a través de la lectura de Cuentos ...., Verónica y su genial madre fueron muy importantes en alguna etapa de mi vida.
No existe una palabra que describa el dolor que produce la muerte de un hijo, pero Poldy con su maravillosa forma de escribir festejó la vida de su hija cada día de los 39 años que vivió.

Fabiana dijo...

Susana: Bienvenida a "Relatos..."
Seguramente debés tener más o menos mi edad. Creo que nadie de mi generación quedó afuera de los cuentos de Poldy.
Gracias por tu visita y te espero nuevamente.

Claudia Sánchez dijo...

O.K. Hoy conocí tu blog y vengo retrocediendo desde el último post escrito. Ya me hiciste pensar, me hiciste reir, y ahora llorar.
Listo, ya te agrego a mis favoritos.

Ahora, me quedé pensando en que tal vez Poldy tendría la edad en que falleció su hija cuando escribía sus cuentos... voy a averiguar un poco más, tal vez dejó nietos. Aunque nada debe compensar la pérdida de un hijo, un nieto es alguien por quien seguir viviendo.

Saludos!

Fabiana dijo...

Bienvenida Claudia:
Tengo entendido que Verónica dejó un hijo. Aunque no se su edad. Quizás sea un consuelo para Poldy.

Gracias por tu visita.

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