Durante estos últimos días, seguí atentamente la evolución del caso de Rosana Galliano. Y al igual que Ustedes fui testigo de la detención de su ex marido José Arce.
Para que lo recuerden, aquí va un resumen de los hechos:
"Rosana Galliano murió de cuatro balazos en la quinta El Remanso. José Arce y su madre Elsa Aguilar están detenidos acusados de ordenar el crimen.
La imagen del viudo y su madre esposados era algo que la familia de la joven esperó desde el primer día. Arce transitó casi un año y medio después del asesinato entre sospechas y show mediático.
...La justicia logró reconstruir aquellos minutos fatales. Aquel 16 de enero a las 21.55 sonó el celular de Rosana. Esa era la señal para el hombre que iba a matarla. La joven debía salir al jardín porque en la casa no había buena recepción...
Las pruebas en su contra son varias. Se cree que Arce inventó su coartada, llevó a su hijo a un hospital público. Horas antes su madre lo hizo ver por un médico particular. Además se fue acompañado del casero de su campo como para reforzar que en el momento del crimen estaba allí.
Desde el primer día, y como sucede habitualmente, mucho se habló y juzgó a la víctima.
Yo no soy quién para juzgar. Es más, sólo me estoy limitando a comentar lo que siento. Y al igual que en otros casos resonantes, las víctimas son varias.
Me vino a la mente la muerte de Alicia Muñiz allá por los años 80. Madre muerta, padre preso y posteriormente padre muerto también.
En este caso que parece recién comenzar, han olvidado a las víctimas más inocentes: los hijos de la pareja.
...Cuando le avisaron que le habían disparado a su mujer ni se mosqueó. Se fue a la comisaría y no al “Remanso”. Envió a su hijo y al casero en un remís. Es más, en la comisaría quiso entregar su teléfono celular para que probaran que el no tenía nada que ver...
De comprobarse la autoría intelectual el viudo terminaría condenado a prisión perpetua.
Una muerte que podría haberse evitado, si en su momento alguien hubiese atendido la historia de una mujer cansada de los golpes y el maltrato".
Una muerte que podría haberse evitado, si en su momento alguien hubiese atendido la historia de una mujer cansada de los golpes y el maltrato".
Desde el primer día, y como sucede habitualmente, mucho se habló y juzgó a la víctima.
El señor Arce, con su mejor cara de piedra, trató de evadir siempre su responsabilidad en el hecho.
Yo no soy quién para juzgar. Es más, sólo me estoy limitando a comentar lo que siento. Y al igual que en otros casos resonantes, las víctimas son varias.
Me vino a la mente la muerte de Alicia Muñiz allá por los años 80. Madre muerta, padre preso y posteriormente padre muerto también.
En este caso que parece recién comenzar, han olvidado a las víctimas más inocentes: los hijos de la pareja.
Luego de asesinada la madre de las criaturas, estas quedaron a cargo de un padre que hoy está detenido. Pero mientras tanto convivieron con él durante más de un año.
Ahora quedaron sin su madre y sin su padre. Pero parece que nadie ha reparado en ese detalle.
No puedo imaginar lo que pasa por la cabeza de esos chiquitos. Y no sé cómo se supera semejante trauma. Pero parece que a nadie le importa.