En algún momento iba a tener que confesarlo. Hace poco más de 4 meses, tuve la osadía de crear "Relatos cotidianos" sin saber qué cuernos era un blog. Todo, pero absolutamente todo lo que Ustedes vean acá, está hecho con sangre, sudor y lágrimas. Tuve que aprender un nuevo vocabulario para poder andar por este camino. Cada día descubro algo nuevo y cada descubrimiento me llena de felicidad como si fuera una criatura.
Yo fui una de las tantas prejuiciosas que consideraba que los blogs eran una basura y que la gente que se mueve en la red era poco confiable. Sin embargo, poco a poco fui formando parte de aquello que tanto critiqué. Y me encontré con un mundo fantástico, rico en todos los aspectos y mucho más interesante que lo que mucha gente cree. Podría compararlo con la "magia" de la radio. Uno puede imaginar sin estar viendo al otro. Delante de la PC somos todos exactamente iguales.
Me cruzo con gente hermosa, respetuosa y sincera que no hace otra cosa que tirar buena onda y desearme suerte. Y lo agradezco constantemente.
Este mundo bloguero al que hoy pertenezco es muy generoso; por la calidez humana y por la hermandad sin fronteras; pero también por la calidad de los blogs.
Estoy fascinada con el humor ácido que tanto me gusta, aunque disfruto del pensamiento crítico porque es un sinónimo de libertad.
He leído algunos que coinciden con mi forma de pensar y otros que no tanto. Pero si están hechos con respeto son igualmente bienvenidos a mi vida.
Hace poco, un señor mediático tuvo la brillante idea de expresar que hoy cualquier boludo tiene un blog. Y quizás tenga razón. Es posible que todos los que escribimos y nos comunicamos por este medio seamos un poco boludos. Pero... ¿Saben qué? Este medio, nos abrió puertas que otros medios masivos de comunicación reservan para gente menos boluda que dice cosas inteligentes como él.
Tengo que confesarles algo más. Mi querido blog nació como consecuencia de un intento fallido. En 2007, escribí un libro seguramente insignificante para algunos, pero para mí "mi libro". Creo que jamás escribí algo con tanto amor. Se trata de mi maternidad (contada con humor como es mi costumbre). Pero no de aquella maternidad perfecta que nos cuentan las novelas, sino la real. La de la felicidad pero también la de la tristeza por perder espacios propios. La de mi visión objetiva y hasta cómica por ser madre de un solo hijo y por ser tan obsesiva. Es pasatista, es verdad. Pero a mí me encantó. Y a una veintena que lo leyó, también.
No tuve suerte con las editoriales. Les reitero que los medios de comunicación están abiertos a gente medianamente inteligente. No es mi caso.
Ni loca iba a resignarme. Me gusta escribir. Me gusta compartir información y me gusta tener mi lugar. Por eso, sigo invitándolos a compartirlo conmigo cada vez que quieran.
Ni loca iba a resignarme. Me gusta escribir. Me gusta compartir información y me gusta tener mi lugar. Por eso, sigo invitándolos a compartirlo conmigo cada vez que quieran.
Somos muchos. Por suerte.
2 comentarios:
Hola Fabiana, lindo blogcito. franco y entretenido.
Yo soy otra boluda con blog que recién empieza, y aunque todavía estoy aprendiendo a postear, veo que esto es mucho más que colgar un par de textos.
(llegué aquí por entretantony)
Besos
Gracias por tu visita Cristina y paciencia.
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