RELATOS COTIDIANOS: EL SEXO FUERTE (bajo licencia de Creative Commons)

13 septiembre 2010

EL SEXO FUERTE (bajo licencia de Creative Commons)

El despertador sonó a las 6.30. Es lunes. Con sueño todavía lo apagué y remoloneé cinco minutos más.
Me levanté de un salto por miedo a quedarme dormida. Pasé por el baño y corrí a la cocina apurada por calentar un poco de agua para prepararme los primeros mates del día. Hacía frío pero entre corrida y corrida olvidé encender la estufa.

Con un ojo todavía cerrado por el madrugón, puse a funcionar el lavarropas. Primera tarea cumplida. Sin más, entré al dormitorio de "M" para despertarlo, tirándole (como todos los días) la ropa encima de la cama porque se hacía tarde.

Volví a la cocina para controlar el mate. Preparé una taza de café con leche para el angelito y la puse en el microondas. Prendí la radio y por fin probé mi desayuno bebido y de pie.

Cuando el crío llegó a la cocina fui nuevamente a su cuarto para abrir las ventanas. Lo mismo hice en el living y la biblioteca. Volví a la cocina para cruzar dos palabras con mi hijo, inútilmente ya que él se encontraba abstraído en el televisor. Apagué la radio porque el sonido de la TV me impedía escuchar las primeras noticias del día.
Para no perder más tiempo, tomé el plumero y comencé a quitar el polvo acumulado durante el fin de semana, sin mucho apuro pero sin pausa.

Despedí a mi hijo en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja deseándole "que le vaya lindo" y recordándole "que lo amo".

Preparé un nuevo mate, ya que el hombre de la familia acababa de poner un pie en el suelo para empezar su día. Eran ya las 7.30. Abrí las ventanas del dormitorio con la misma finalidad de antes y me fui corriendo a hacer la cama de mi hijo para compartir diez miserables minutos con mi marido tomando unos amargos juntos.

Él se duchó pero permaneció en el baño un buen rato. Mientras tanto, comencé a colgar la ropa que recién había terminado de lavarse y a su término salí disparada a mi dormitorio para tender la segunda cama del día.

Plumerée ambos cuartos y guardé un poco de ropa apilada de los días anteriores mientras el baño seguía ocupado desde hacía más de veinte minutos.

De pronto se abrió la puerta y asomó su esbeltez con nuevo corte de pelo. Entonces comprendí el porqué de tanta demora. Intentó barrer el desparramo que había dejado, se vistió y me dio un beso con un "hasta luego".

-¿Ya terminaste de atenderte? Atiné a reprocharle.

No bien cerró la puerta, me puse a limpiar la cocina con una sola mano porque la otra estaba ocupada anotando las cosas que tendría que comprar al salir del trabajo para preparar la cena. También anoté en un recuadro que no debía olvidarme de pasar por la ferretería para reponer todas las lamparitas que se utilizaron en el mes y que hicieron que me quedara sin stock.

Dejé un pantalón a mano para llevar a arreglar por la tarde. Sequé los cacharros del desayuno y me fui a bañar.
Me vestí, me sequé un poco el pelo y procedí a limpiar el baño.
Tocaron el timbre. Era el cobrador de las expensas. Le sonreí como si hubiese aparecido para pagarme a mí.

Saqué a pasear a Manu (que entre tarea y tarea casi se hace encima). Volví a casa y como último manotazo de ahogado, tomé el teléfono y llamé a mi madre para darle los buenos días pues, si no lo hago cada mañana me reprocha cuán abandonada la tengo.

Salí a las corridas (como todos los días) porque nunca me alcanza el tiempo. Cerré la puerta, guardé las llaves en la cartera y me fui.

Gracias a Dios a esa hora me dirigí al trabajo a empezar mi jornada laboral...


De regreso a casa, fui haciendo todas las diligencias pendientes. Llegué con el último suspiro cargando tres kilos de carne, cuatro gaseosas de las grandes y unas cuantas pavadas más.

Me recibió mi angelito dándome la noticia del día:

 -Hay que conseguir una flor para disecar y analizar.

Me pregunté dónde cuernos la conseguiría si aún no comenzó la primavera. Pero esa duda la dejé para más adelante.

Guardé las porquerías que compré en el super y me dispuse a tomar unos mates cuando de pronto llegó el hombre en cuestión.
Me saludó con cara de muerto y casi susurrando me confesó:

-Estoy muy contracturado. No me puedo mover. Necesito un masaje urgente.

-¿Qué te pasó? Le pregunté curiosamente...

-Hoy a la mañana, antes de irme a trabajar... Cuando me agaché a recoger con la pala los pelos que barrí en el baño... ¡Me quedé duro!


Ahora, haciéndole los masajes que tanto se merece, puedo comprender por qué a los hombres se los llama "sexo fuerte".


30 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Pues va a ser que lo de sexo débil está mal asignado.

Besos.

Marina Judith Landau dijo...

Ja ja ja ja, está clarísimo, mujer!!!
Te juro que me agoté de leerte!! Ay, tomate un descanso, por favorrr!!
Besitos.

Claudia Sánchez dijo...

¡Jajaja! y lo peor es que seguramente pensó que te hacía un favor...!
Este post nena, es para enmarcarlo. Es el reflejo del día a día de tantas debiluchas que trabajan dentro y fuera de su casa.
Beso,

Fabiana dijo...

Toro Salvaje: Creo que sí. La debilidad femenina es sólo emocional y aún así somos capaces de sacar fuerzas de donde sea para seguir adelante aunque el mundo se nos venga encima. Habrá que apodar nuevamente a los géneros...
Besos.

Marina: ¿No querés sentarte un ratito conmigo a tomar unos mates? Creo que lo pasaríamos bárbaro.
Que empieces una linda semana.

lady baires dijo...

Muy bueno para esta mañana de lunes.
Quedé exhausta de tanta actividad Fabiana, jajaj
Es así tal cual decís.
Pero por otro lado, son pequeñas y grandes delicias de la vida en familia.

Buena semana y besotes.

Cecy dijo...

jajaja
Sos una digna sobreviviente.
Me canse con solo leerte.
Es mucho trabajo para mi.

Mi mayor de los respetos para vos nena.

Un beso enorme.

Cecy dijo...

Ah! y ademas te haces tiempo para escribir, comentar y responder.
IDOLA!

tia elsa dijo...

Te leo y me veo a mi misma corriendo como una loca, y eso del sexo fuerte o el sexo débil para algunas cosas ellos son fuertes y nosotras débiles y viceversa, para estar enfermos o hacer tareas más allá de sus responsabilidades en el trabajo son débiles. Me encantó la claridad de este post. Besos tia Elsa.

Epístola Gutierrez dijo...

Te felicito, es un texto perfecto. Decís la verdad de un modo contundente y hasta nos sacás una sonrisa.
Un beso.

Anavril dijo...

si, Fabi...es para matarlos!
Igual...eso de plumerear tan temprano...y limpiar el baño!...Entras al mediodia???
jajajajaja


gracias que tengo la mochila lista y mi cartera!

Todavia no se que voy a hacer el año que viene que la pequeña entra a 1er grado...a la hora en que hoy en día logro arrancarla de la cama!!!!(y logro que el padre se baje de la cama...20 minutos mas tarde!)

Cris dijo...

Fabi , Bienvenida al Maravilloso Mundo de los casados !!, concubinos , o cualquier otra cosa cuyo nombre implique cohabitar con el SEXO FUERTE ,Gracias Diossssssss por hacernos tan dèbiles , te imaginàs 2 sexos Fuertes en el mismo Habitat, ajjjjj.
Saludingui
Cris//mujeresdesincuentay

Fabiana dijo...

Claudia: Es que los hombres cuando mueven un dedo lo hacen de favor y encima se encargan de recordártelo todo el día. Las mujeres lo hacemos ya por inercia y quedó establecido que las tareas domésticas son nuestra responsabilidad. ¡Qué asco!
Saludos.

Lady Baires. Jajaja. Descansá. Yo lo hago en reemplazo del gimnasio. Me encanta quemar calorías con los quehaceres domésticos.
Es el precio que se paga por vivir en pareja. Pero en definitiva es lo que elegimos.
Besitos.

Fabiana dijo...

Cecy: Y sobrevivo cada mañana porque todos los días hago lo mismo. Aunque a veces con menos ganas que las del relato. Y con respecto al tiempo, cada vez tengo menos. No se administrarlo como corresponde. Pero aunque cada vez lo haga de forma más espaciada, este lugar es un rélax que me hace desenchufarme un poco.
Cariños para vos.

Tía Elsa: ¿Viste lo que son los hombres cuando están enfermos? Creen que nosotras jamás sufrimos como ellos. Y ellos no van a trabajar mientras que nosotras seguimos con lo nuestro como si nada y en casa ni siquiera se dan cuenta de que estamos al borde del desmayo... Alguna vez tuve que decirle a mi marido que me diera una mano porque volaba de fiebre y con total irreverencia me dijo:
-¿Pero por qué no avisás?
Seguramente se habrá referido a un certificado médico para enterarse y entender que me hubiese venido genial estar tirada en la cama sin hacer nada...
Te compadezco si tus días son así. Jjaajj.
Besotes.

gamar dijo...

Lloran porque no consiguen un hombre y cuando lo tienen lloran porque hay que atenderlos.
¡Qué barbaridad!
Y nosotros que tenemos que dejarles algo para hacer para que no se sientan inútiles.
En fin.
Me voy a ver si ya me hicieron de comer.

Fabiana dijo...

Epístola Gutierrez: Lo primero es la sonrisa. Y siempre cuento lo mismo, en este tipo de anécdotas mi primera reacción es ahorcar al hombre en cuestión, pero gracias a esta costumbre de escribir logré reírme de cosas que normalmente me enojan. Es como una gran terapia...
Saludos.

Anavril: Entro a las 10. Pero mi trabajo queda a 4 cuadras de mi casa. Suficiente para correr igual porque salgo con el tiempo justo. Me recuerda a mi época de secundaria: si me agarraba el semáforo, llegaba tarde... Igual siempre fui muy loca con la limpieza pero ahora estoy más calmada ¿? Creo. ¿No me notás re-tranquila?
Estoy para el manicomio. Organizate con los horarios. Es lo único que te puedo decir.
Besos.

Fabiana dijo...

Cris: Verdaderamente es maravilloso. Si no fuera así, no tendríamos nada de qué quejarnos. Porque yo creo en la igualdad entre el hombre y la mujer, pero que somos YEGUAS, somos.
Besitos.

Gamar: Pocos hombres comentan este post. Creo que no se animan...
Me alegra verlo por acá. Y perdóneme que lo use un poquito pero no tengo hombres a mano para descargarme: No necesitamos tarea para el hogar. Es una horrible manera de mantenernos encerradas en casa y con los ruleros puestos.
En cuanto a la comida, vaya tranquilo. Seguramente su mujer le preparó lo que más le gusta. Es lo mismo que yo hago con mi marido: pan lactal y fiambre y si quiere algo elaborado: rotisería.
Que tenga una excelente cena.

Ivana Carina dijo...

Jajajaja! Me encantó este post!

Me he visto reflejada en más de una de esas situaciones... :P La diferencia es que no tengo marido, pero Retoño vale por 2... Jajaja! :P

Creo que te merecés unas buenas vacaciones, nena! =)

Besotes!! =)

gamar dijo...

Oiga, era irónico mi comentario.
Lo tengo que explicar?
Me da mucha bronca cuando veo mujeres así y me pregunto por qué aceptan hacer esa vida.
Le aseguro que no es mi caso y también me da bronca cuando veo casos a la inversa, donde algunas mujeres se pasan el día durmiendo, como mi cuñada, se levantas a las 12 o 13 hs, dejando que alguien se haga cargo de atender a los hijos, que prefieren comprarse ropa para ellas en lugar de para los suyos, que no cocinan porque "eso no es para ellas", etc.
Hay hombres sufridos y mujeres sufridas.
Hay quienes dicen que cada uno elige su vida y otros que es la suerte que les tocó.
Pero de algo estoy seguro. Darse cuenta es el principio para mejorar, aunque sea un poco.
Saludos a usted y a todas las que estan en su situación.
A las otras que las parta un rayo.

Sergio dijo...

Hola Fabiana,

lo más lindo es cuando se comparten las tareas...
Muy realista tu relato.

Saludos,

Sergio.

La candorosa dijo...

Estoy convencida que lo de "sexo débil" viene por el simple hecho de "no saber poner límites".

Delegar tareas, etc, etc...

Y obviamente ¿necesitás masajes tesorito?, andá al kinesiólogo!!!

Abrazossssssssssssss!!

Fabiana dijo...

Ivana: ¿Retoño vale por 2? A veces creo que un marido vale por dos retoños... Jajaja.
¿Vacaciones? Ya vendrán.
Besotes para vos.

Gamar: Oiga hombre, parece que no me conoce... Yo también adoro ser irónica. Por eso le respondí como lo hice. No hace falta que me explique nada. Pero sí quiero contarle que no me pongo en papel de víctima. Si lo hiciera, no contaría las delicias de mi vida cotidiana como lo hago. Las "víctimas" no me gustan porque no viven ni dejan vivir.
Yo estoy segura de que uno tiene la vida que elige (salvo pequeñas y honrosas excepciones). Y esto es lo que yo elegí teniendo en cuenta que en la pareja, al igual que en cualquier sociedad, hay que negociar. No me siento sometida a nada ni a nadie, porque nadie me exige que haga lo que hago. Y de hecho, mientras yo corro por las mañanas, mi marido corre por las noches cuando prepara la cena (porque a mí no me gusta cocinar) o cuando lleva o trae a nuestro hijo de alguna actividad o también cuando pasea a nuestro perro a las 11 de la noche con 2º de temperatura. Más de una vez se ha cosido alguna prenda o ha planchado una remera; cosa que yo no hago.

Y le dejo esto que recibí por mail. Es largo pero genial y es un poco lo que yo hago por ejemplo los domingos. Pero no se enoje y disfrútelo.

"Una tarde un hombre volvió a casa del trabajo y encontró un desorden total en su casa.

Sus tres hijos estaban afuera, todavía en pijamas,
jugando en el barro, con cajas y envolturas de
comida tiradas por todo el jardín.

La puerta del auto de su esposa estaba abierta,
también la puerta del frente de la casa.

Cuando pasó la entrada encontró todavía más desorden.
Una lámpara caída, el sillón cargado de ropa y mochilas,
zapatos tirados, la TV estaba puesta a todo volumen
en un canal de dibujitos, el playroom lleno de juguetes
desparramados y ropa tirada por el piso.

En la cocina, la pileta estaba llena de platos sucios,
había comida del perro, había un par de vasos rotos bajo la mesa, jugo y algunos montones de arena cerca de la entrada
de la puerta trasera.

Rápidamente se dirigió hacia las escaleras, pisando más juguetes y ropa que estaban tirados en el camino... buscando a su esposa.

Estaba preocupado que hubiera pasado algo serio....
o que tal vez pudiera estar enferma...

La encontró... descansando en su cuarto, todavía acurrucada en la cama y en camisón, leyendo una novela.

Al verlo, le sonrió felizmente y le preguntó cómo le había ido en su día...
Él la miró y totalmente extrañado le preguntó:

-!!¿¿Qué pasó aquí hoy??!!
Ella sonrió de nuevo y respondió:

- ¿Viste que hay días en que llegás del trabajo y me preguntás

"¿Qué Carajo hiciste en TODO el día?"

- Sí...- fue la respuesta incrédula del esposo.

- Bueno, -respondió ella- ...
Hoy no hice un CARAJO!"

Le mando un beso con mucho humor, como siempre.

Anónimo dijo...

jajajaj que gracioso!!!! es tal cual!!!!

menos mal que somos el sexo debil!!!! habria que empezar a poner a los hombres en vereda!!! y criar a los hijos para que las futuras congéneres no vivan tan a las corridas, no?????...ellas nos van a adorar!

un beso

Fabiana dijo...

Sergio: Ya lo creo. Y aunque te parezca mentira, dividimos muchas tareas de acuerdo a nuestros gustos. Pero no olvides que soy mujer y siempre dispuesta a protestar... Jjajj.
Saludos.

Cando: No crea que no pongo límites. Como le dije recién a Sergio, dividimos tareas. Sólo hay una realidad que reconozco: yo hago cosas y no me quejo. Lo demás es bastante equitativo.
Besos para usted.

Isabel dijo...

Yo nunca he creído en lo de los sexos fuerte y débil... eso nos toca a cada quién cuando toca. Lo lógico es que, cuando no se está acostumbrado a ciertos trabajos, pasen esas cosas ;))) Besitos.

Fabiana dijo...

Nadasepierde: Creo que inconcientemente las mamás de hijos varones vamos por ese camino. Aunque en el fondo nos cueste no inculcarles cierto machismo social... Pero de a poquito vamos a convertirlos en seres humanos con todas las letras. Jaajajj.
Besitos.

Isabel: A esta altura, se han perdido esos motes para ambos sexos. Nadie es tan fuerte ni tan débil como para cargar con ellos.
Que tengas un excelente domingo.

Abuela Ciber dijo...

Ja ja!

Buenisimo.

Cariños

Princesa Adora dijo...

Fabiana, que tema, jeje.
Me pareció muy gracioso la forma de comentar tus "relatos cotidianos!".
Creo que el hombre puede ser más fuerte pero la resistencia es característica de la mujer, no por nada nosotros parimos y ellos miran y algunas veces se desmayan!
Somos distintos pero lo lindo es complementarse y acompañarse.
De todas formas odio cuando a la mujer se la relega a las tareas de la casa, ya que sé y seguro que vos también que estamos para mucho mucho más!!!
Cariños!!!

Fabiana dijo...

Abu: Me alegro, linda.
Besos para vos.

Princesa Adora: Estamos para mucho más que eso. No tengo dudas...
Pero no se trata de hacer cursos de corte y confección. Jajaj. Podemos destacarnos en todo lo que queramos. De eso se trata: de querer.
Te dejo un abrazo.

Princesa Adora dijo...

Mira si esta artista que me gusta tanto a mí (Andrea Echeverry) se hubiera quedado en su casa lavando platos nada más!
Pedazo de artista nos hubiéramos perdido y no hubiéramos disfrutado (al menos yo) de esas letras tan hermosas y profundas!!!
Por nombrar un ejemplo!!!
Besos para vos tb!

Fabiana dijo...

Princesa Adora: Debe haber muchas mujeres talentosas que ni siquiera lo saben porque no han incursionado en nada que no sea la cocina. Y es una lástima perderse la oportunidad de crecer y saberse útil.
Como te dije antes: es cuestión de querer. Nada más.
Perdón por tardar tanto en responder.
Besos.

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